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Los elementos radiactivos se utilizan en la industria petrolera para realizar lo que se conoce como perfilaje de los pozos. Es una suerte de radiografía de los interiores que se realiza una vez hecha la perforación para conocer las características de la roca reservorio.

Existen varios tipos de registros del subsuelo, pero sólo algunos son radiactivos. Las principales empresas de servicio utilizan este tipo de tecnología. En general, no suelen difundir qué tipo de fuentes utilizan para generar la radioactividad por una cuestión de secreto industrial.

Para este tipo de herramientas se suele utilizar cobalto 60, iridio 192 o tritio. Los tres elementos tienen consecuencias distintas y por lo tanto, los protocolos de acción son disímiles, coincidieron especialistas consultados por “Río Negro”.

El ingeniero nuclear del Instituto Balseiro, Aníbal Blanco, explicó que para este tipo de contingencias la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) establece mecanismos de acción para mitigar los riesgos. “Suele ser muy conservadora a la hora de proteger a las personas y evitar riesgos posteriores”, indicó el especialista.

En general lo que suele hacerse es inertizar el elemento radioactivo y después se busca dejarlo contenido para evitar su contacto con el exterior.

Viejos ingenieros del sector petrolero coincidieron en que, si bien es típico que se pierdan herramientas en el fondo de un pozo, no suele ocurrir cuando se realizan registros nucleares. La imposibilidad de “pescarla”, como refieren en la industria a su recuperación, se debe a la complejidad de la perforación, que bajo tierra gira y termina siendo horizontal.

Agencia Neuquén