Cruzarán Los Andes luego de practicar en la barda de Centenario

Lo que comenzó como una salida recreativa y saludable se transformó en entrenamiento y senderismo en busca de nuevos desafíos. Irán al hito del límite durante tres días en la cordillera.

“Los chicos ya están grandes y pueden arreglarse por un rato solos”, confiaron entre risas cómplices las ”cruceras”, un grupo de mujeres “de su casa” que en pocos días irán hasta el hito del límite con Chile en la Cordillera de los Andes.

Saldrán desde Las Ovejas, una localidad ubicada en el norte neuquino.

En las mulas irán los pertrechos, y para aguantar tres días de caminata si pausa por senderos ganados al faldeo de los Andes, escarpadas cordilleranas y el paso por los arroyitos de deshielo se entrenan desde mayo del año pasado, cuando surgió la idea y el desafío.

No eran amigas antes de iniciar las caminatas en la barda. Tienen actividades disímiles: algunas son amas de casa, otras ejercen el comercio, son docentes o en el caso de Paola quien se dedica al entrenamiento físico como personal trainer.

Adriana Toledo, Luisa Rosales, Gladys Gómez, Marcela Akrich , Marilé Torres y Vanina Vuchiniz –con la coordinación de Paola Molina– comenzaron a salir a a caminar por la zona de bardas en la meseta de Centenario como una actividad recreativa y para mejorar la condición física.

Cuando las caminatas se transformaron en una actividad de senderismo, experimentaron la primera dificultad: hacer una travesía más importante como una travesía por tres días en el Cajón Azul, en El Bolsón.

“Los entrenamientos se basan en la resistencia, seguimos caminando pero cada vez con mayores dificultades; así llegamos a hacer caminatas por 8 o 10 horas”, dijo Paola.

“Para mí era algo nuevo y fresco, es un proceso tanto físico como mental. En el Cajón Azul fue una experiencia inolvidable, con vivencias de todo tipo”, dijo Adriana.

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“Con esto me enganché. Son cosas que uno hace para probar con un deporte, luego te das cuenta que además de caminar podés correr y te gusta; y en el proceso, te encontrás participando de maratones de 5, 10 ó 15 kilómetros de las que se hacen en la zona. Uno va cumpliendo metas y busca seguir”, explicó Luisa.

Gladis es comerciante y cuando se sumó al grupo de las caminatas en la barda de Centenario se dio cuenta que con una actividad simple, dedicaba su tiempo a profundizar en un espacio que le distraía del trabajo y le planteaba desafíos. “Es como un rebusque, es dejar por un rato el rol de madre, profesional, esposa para hacer algo diferente sólo porque uno tiene ganas, te hace bien y te desenchufa del resto”.

Explicaron que en todos los casos, cuando se van a entrenar por varias horas a la meseta, cuentan con el respaldo de sus pares en el trabajo, con la de sus esposos o los mismos hijos en el ámbito del hogar.

Se hacen sacrificios, porque se dejan veladas nocturnas cuando al otro día hay que levantarse a las 4 ó 5 de la mañana cuando decidimos ir al Chocón, o al Valle de la Luna en Roca, o viajar hasta Caviahue sólo para hacer un senderismo de 8 horas”, explicaron.

Para este viaje al hito con Chile en las inmediaciones de las lagunas de Epulauquen, comenzaron a entrenar con firmeza en mayo. “Es un placer salir a caminar, pero ahora con un objetivo, es mejor”, explicaron.

No saben cómo estará el tiempo. Se van preparadas para mañanas heladas y días de lluvia, si es que les toca caminar con ese ritmo. “Una vez que lo decidimos, elegimos esta actividad y asumimos el compromiso. Se necesita de una rutina., de cierta disciplina, hábitos, buena predisposición y de aprender a delegar cosas, por ejemplo, en nuestros hogares o en cosas que nos ocupaban parte de la semana; hay amigas que no lo entienden, que piensan que es un sacrificio, y nosotros decimos no, es una elección que queremos seguir haciendo”, sostuvieron.

Preparadas para enfrentar los 30 kilómetros bajo el sol, con viento o mañanas heladas.
Oscar Livera

Son siete las “cruceras”: Paola, Adriana, Luisa, Gladis, Marcela, Marilé y Vanina.

florencia salto

Paso a paso surgieron metas más altas

Las integrantes del grupo que se conoció en las caminatas por la barda, explicaron que fue un proceso de aprendizaje en aumento y que si bien hay muchas personas que hacen los mismos recorridos, ellas coincidieron en la búsqueda de nuevas metas. “En las primeras salidas parábamos para tomar mates para compartir preparaciones caseras. Ahora llevamos agua, frutas y alimentos saludables, y casi no paramos. Nuestro cuerpo también cambió y nos permite más exigencias” que disfrutan.

El desafío

Las senderistas irán acompañadas por guías de montaña que llevarán los pertrechos en mulas. Ofertan el viaje solo a quienes tengan condición física.

Preparadas para caminar a una altura de 2.000 metros

La antesala de la salida a la reserva natural para hacer el “cruce de los Andes” fueron muchas salidas en la zona durante estos meses que les permitió el entrenamiento y aprendizaje progresivo de la actividad.

Con diferentes grupos o en conjunto fueron al Valle de la Luna en Roca, hubo salidas a Caviahue o San Martín de los Andes; las corridas en Cinco Saltos, caminatas de varias horas en El Chocón, salidas intensas en Parque Norte de Neuquén o los tres días de senderismo en el Cajón Azul, El Bolsón.

L a última noche de luna llena en diciembre pasado, ya como grupo de senderistas, organizaron una “caminata nocturna” de 10 kilómetros por la segunda meseta y las inmediaciones de la ruta 7 de la que participaron unas 50 personas.

“Nos vamos preparando. Para la caminata nocturna se sumaron muchísimas personas y del grupo algunas íbamos liderando, otras en el medio y dos en el final para que nadie se quede atrás. Son nuevas experiencias y horas de entrenamiento, o parte del hábito por el placer de salir a caminar; toda te renueva y te invita a buscar nuevas metas”, indicaron.

Florencia Salto

Datos

30 km
a pie por los faldeos y alturas de la cordillera de los Andes. A 10 km por día, llegan hasta el hito limítrofe y regresan.
Las senderistas irán acompañadas por guías de montaña que llevarán los pertrechos en mulas. Ofertan el viaje solo a quienes tengan condición física.

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