Cuando rugen las motos antiguas

En Río Colorado, un grupo de fierreros se reunió para compartir historias y hacer 100 km al mando de sus reliquias, varias de ellas de fabricación nacional.

La Comarca Río Colorado y La Adela fue el escenario para el segundo encuentro de motos clásicas y antiguas, la mayoría reconstruidas con sacrificio y pasión, con horas de llamados telefónicos y búsquedas en la web para lograr dar con las piezas. Entre las 25 motos que brillaron en el evento, las más antiguas se llevaron las miradas. Por ejemplo, una Tehuelche del 58, la primera de fabricación nacional completa, una Puma del 57 y una Gilera del mismo año, otro símbolo de la época, entre otras. Cada una con su diseño y su mecánica, que llamaron la atención de los jóvenes.

Los fierreros revivieron las peripecias que debieron sortear para rearmar cada moto. “Es una gran satisfacción cuando logramos ponerlas en marcha”, dicen.

Para algunos fue toda una hazaña llegar sin dificultad a los casi 100 km de los recorridos organizados por los Amigos de Motos Antiguas de La Adela. En una tarde calurosa, algunos debieron transformarse en mecánicos para sortear inconvenientes con el paso del combustible o problemas con los filtros y hasta algún desperfecto eléctrico en los platinos. Todos completaron el recorrido, entre manos sucias de aceite, olor a nafta y las bromas para resaltar las cualidades de sus propias máquinas, de las que lograr la documentación y la propiedad es a veces un problema.

“Lo que nos suele detener para avanzar más rápido con los armados es la plata. Muchas veces nos vemos obligados a privarnos de algo en la familia para poder cumplir con este sueño”, dijo Oscar Fernández, de Trenque Lauquen. Sin el acompañamiento de las familias sería imposible”, agregó.

“Casi a diario le dedicamos a la moto algunas horas, siempre estamos haciéndole algo. Además de darle una mano a alguno de los amigos que comparten este fanatismo por las motos antiguas”, señaló Ricardo Felice.

Eduardo “ Ruso” Insa, uno de los organizadores, dijo: “Una vez que entrás en este mundo, te atrapa y es imposible abandonarlo. Te va metiendo en las historias de las motos, en nuestro pasado y cuando menos lo esperas, te encontrás armando un cuadro o buscando un motor.”

“Si lo comparamos, este fanatismo es como una enfermedad. Muchas veces hacemos sacrificios para poder terminarla y uno no tiene palabras para decir lo que siente cuando la ponés en marcha, te subís y salís a dar unas vueltas por la ciudad”, explicó Ricardo Hernández, dueño de una Tehuelche de 700 cc, modelo 58. Expuso minuciosamente el funcionamiento de su reliquia.

Evaristo Ruiz, con 75 años, contó su historia. “Esta Puma fue la primera moto que manejé cuando tenía 16 y me enamoró. Siempre quise volver a tener una. Hoy de grande me pude dar ese lujo, me llevó varios años terminarla original como salió de fabrica. Es un maquinón.”

El turno de Oscar Fernández dueño de una DKW modelo 63. “Cada uno de nosotros somos los propios mecánicos, estudiamos manuales o consultamos para profundizar en la mecánica y cuando vemos que no podemos con algún inconveniente recurrimos a otras personas. Incluso también somos chapistas, porque es muy difícil conseguir algún profesional que las trabaje para dejarlas originales. Y cuando lo conseguimos, muchas veces se nos hace muy difícil poder afrontar los costos de esa mano de obra.”

“Hacemos muchos sacrificios para terminarlas. Es difícil decir lo que se siente cuando la ponés en marcha, te subís y salís a dar una vuelta”

Ricardo Hernández, dueño de una Tehuelche de 700 cc modelo 58.

El dato

La banda. Ricardo Hernández, Oscar Fernández, el Ruso Insa, Ricardo Felice y Evaristo Ruiz.
Jorge Tanos

La Puma, bautizada como la moto nacional a pesar que era una réplica de la Guericke con motor Sachs de 98 cc de origen alemán.
Jorge Tanos

La Tehuelche: rústica, con motor argentino de cuatro tiempos, alcanzaba los 74 km/h, cargaba 10 litros de nafta y pesaba 96 kilos.
Jorge Tanos

El detalle. Cada participante exhibió el funcionamiento de su moto.
Jorge Tanos

La chacra. Una de las escalas del recorrido. Aquí, padre e hijo se bajan para encontrarse con el resto.
Jorge Tanos

Datos

“Hacemos muchos sacrificios para terminarlas. Es difícil decir lo que se siente cuando la ponés en marcha, te subís y salís a dar una vuelta”
25
motos estuvieron en la caravana de casi 100 km entre La Adela y Río Colorado. Cerraron con un asado.

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