Dolor: multitudinaria despedida para los tres fallecidos en la explosión de la refinería NAO

Víctor Herrera, (58); Fernando Jara (34) y  Gonzalo Molina (31) fallecieron en la madrugada del jueves en el incendio que se registró en la planta situada en el parque petroquímico de Plaza Huincul.

Una caravana de motoqueros abrió el cortejo de los tres vehículos que trasladaban los restos de Gonzalo Molina, Víctor Herrera y Fernando Jara, las víctimas fatales que dejó la explosión de la refinería NAO, en Plaza Huincul la madrugada del jueves. La despedida incluyó las autobombas y móviles de los bomberos voluntarios, junto a la extensa fila de autos y camionetas que se sumaron para acompañarlos hasta el cementerio de Cutral Co.

Durante la madrugada del sábado se concretó la entrega de los cuerpos a las tres familias que aguardaban desde hacía varias horas para poder realizar el velatorio. Entres todos acordaron que sea una ceremonia conjunta -en la salas de la cooperativa Copelco- donde fue incesante la llegada de vecinos, que concurrieron a saludar los familiares y amigos de Víctor Herrera (58); Gonzalo Molina (31) y Fernando Jara (34).

Las familias, desde el jueves reclamaban que se agilizara la entrega de los cuerpos que, por disposición judicial, habían sido remitidos al gabinete forense de Neuquén para las diligencias que permitieran establecer la identidad de cada uno de ellos.

La agrupación motoquera Los Hijos del Viento encabezó el cortejo (Fotos: Fernando Ranni)

Finalmente, el arribo se produjo durante la madrugada de este sábado a Cutral Co. Los tres ataúdes fueron acompañados por las coronas y ramos de flores hasta el cementerio local y con un cerrado aplauso por la gran cantidad de personas que se acercó para la despedida. Otros, en cambio, prefirieron esperar el cortejo en el cementerio local.

Las dos ciudades no son ajenas a este tipo de despedidas, porque a lo largo de su historia fueron varios los incidentes que terminaron con trabajadores petroleros como víctimas fatales. En esta ocasión, fue un hecho que se produjo a escasos kilómetros del ejido urbano huinculense.

Antes de que se conociera la decisión de entregar las víctimas, la familia de Víctor Herrera acudió a las redes sociales para viralizar el pedido: «Las vidas valen más que sus ganancias», enunciaban e insistían en que «no fue un accidente. Enseguida pidieron que «los fiscales hagan lo que corresponde. Son tres familias destrozadas por la negligencia empresarial. Seguimos en Cutral co, esperando los cuerpos. Con las almas desgarradas y los puños apretados. Justicia Ya».

Gabriel Herrera, hijo de Víctor una de las tres víctimas fatales de la explosión en la refinería de Plaza Huincul, dio un testimonio familiar mientras se desarrollaba el sepelio de su padre. “Mi padre estaba a punto de jubilarse y llevaba más de 15 años trabajando en NAO”, dijo y agregó que todos los días volvía a su casa estresado porque observaba las fallas de seguridad en conexiones y tanques.

Indicó que una vez les contó que había apagado un incendio de un tanque con un “matafuegos muy pequeño” porque la empresa no tenía una dotación de bomberos pese a tratarse de una refinería.

Describió, en diálogo con AM Cumbre, que su padre le refería que el empleador era irresponsable porque no renovaba los equipos, “se soldaban y pintaban las cañerías para decir que eran nuevas”.
Indicó que en este momento se encuentran desamparados como familia y que no han recibido apoyo del gremio ni del Estado.

Aseguró que en diciembre hubo un incidente “muy similar” al que aconteció a las 4 de la madrugada del jueves 22 cuando se incendió un tanque que tenía hidrocarburos en la refinería de NAO del parque petroquímico de Plaza Huincul dejando tres víctimas fatales.

“Mi madre no puede hablar, cada vez que la vienen a saludar se cae, tengo miedo que se me vaya también, tengo ira contra estos tipos que no hacen nada y van a decir que fue una mala maniobra, lo inventan para lavarse las manos y volver a reparar y funcionar y va a morir más gente en la industria del petróleo”, expuso.

Contó que su padre le confió que “sabían los métodos que estaban prohibidos y que tenían que hacerlo igual como mezclar crudo con gasolina, sabían que era una bomba de tiempo inflamable totalmente, aún así lo tenían que hacer para recauchutar el petróleo en mal estado de la zona”. “No tenían un protocolo, los compañeros entraron a apagar un incendio, vieron a sus compañeros deshacerse en ceniza, una cosa horrible, esta gente queda traumada para toda la vida y la planta va a seguir funcionando, estamos en tierra de nadie”.

El viernes, el delegado de NAO había referido que la empresa recién se contactó con los familiares el jueves por la noche, a través del personal de Recursos Humanos. Mientras tanto, se espera conocer sobre la situación laboral del resto de los trabajadores.


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