Downhill, el costado más salvaje del ciclismo

No todo es apacible pedaleo. En San Martín, y aprovechando las laderas del cerro Chapelco, desafían las montañas y sus pendientes a bordo de una bici.

Las montañas que rodean a esta ciudad ofrecen a un grupo de jóvenes el marco ideal para desarrollar su costado más salvaje.

Un poco de casualidad y otro poco porque lo estaban buscando, ese grupo de amigos que terminaba la escuela primaria y disfrutaba de realizar actividades deportivas al aire libre, un día se enteró de que unos ciclistas aparentemente medios capos venían a filmar un video a Cerro Chapelco… y se acercaron a ver…

Era el año 2007 y las grabaciones dieron por resultado la película “Disorder 8”, protagonizada por el equipo de descenso extremo de la marca de bicicletas Kona.

“Fue un flash”, describe Julian Loholaberry, uno de esos niños que miraba asombrado a los campeones del mundo en la modalidad Downhill, Fabién Barel y los hermanos Lluis y Andreu Lacondeguy, para quienes habían armado un circuito con saltos, curvas y peraltes como sólo podía verse por televisión.

“Nosotros íbamos a una escuelita de montaña y compartíamos un sentimiento similar por la bicicleta, pero eso que vimos en vivo y en directo nos flipó para siempre”, explicó Loholaberry desde detrás del mostrador de un local con frente sobre la avenida San Martín 456, dedicado a los deportes de aventura que se pueden llevar a cabo en esta geografía del sur neuquino.

Hoy, a sus 22 años, el muchacho y su grupo de amigos mantienen encendida esa llamarada interior que los incentivó a buscar nuevas sensaciones a tan temprana edad e intentar llevar los límites cada vez un poco más allá. “Nos vamos comunicando, tenemos nuestros grupo de Whatsapp, y organizamos las salidas en bici así”, contó con muchísima naturalidad.

“Ahora nos estamos dedicando principalmente a acondicionar los circuitos por donde andamos. Fue un invierno muy nevador que dejó las pistas bastante maltrechas, con muchos árboles caídos, entonces nos juntamos para volverlos a armar y poder disfrutarlos entre todos”, aseguró el ciclista.

Para elegir

En los alrededores de San Martín de los Andes hay 3 circuitos agrestes, cada cual con sus propias características.

El “Manzano Brujo”, en el cerro Curruhuinca, cerca de la pista de motocross, es una línea por medio del bosque que lleva alrededor de 2 minutos transitar, siempre a los saltos.

Otro de los recorridos de pendientes pronunciadas es el famoso “Grado 8”, en la ladera del Comandante Díaz, conocido por sus “toboganes” y la presencia de piedras, lo que lo convierte en un circuito que requiere de bastante conocimiento técnico para poder realizar en unos 3 minutos 30 segundos si no se toca mucho el freno.

El tercero queda en el cerro Bandurrias, donde los chicos se divierten dominando las bicicletas sobre los obstáculos que suponen las raíces de los árboles, así como esquivando a los turistas que caminan hacia las playas de arena de la comunidad mapuche Curruhuinca. Esa bajada se liquida en 3 minutos, dicen los expertos.

Además, el complejo Cerro Chapelco tiene montado un bike park con distintos recorridos, desde suaves para los recién iniciados hasta extremos, donde resalta el enorme beneficio que representan los medios de elevación, ya que dejan a los deportistas con sus bicis en el inicio de cada línea de descenso sin necesidad de pedalear para arriba.

“Durante las bajadas se pedalea sólo en los falsos planos. La concentración y el esfuerzo físico está puesto en mantener el equilibrio”.

Julian Loholaberry, de 22 años, uno de los fanáticos del Downhill.

Cómo son y cuánto cuestan las bicicletas aptas para montaña

Canilleras

$ 2.400

La parte inferior de las piernas queda muy expuesta a la eventualidad de choques con rocas u otros objetos.

Hay que protegerla con canilleras especiales para este deporte.

Antiparras y cascos

$ 1.500 cada uno

Son estrictamente necesarias, ya que cerrar los ojos por una piedrita o un bichito puede ser el preludio de una catástrofe.

El interior de los cascos es de telgopor de alta densidad, en todos los modelos.

Pecheras

$ 3.000

Son similares a las que utilizan los motoqueros en los circuitos de cross.

Y son tan necesarias para la moto como para el Downhill: resguardan todo el torso ante la probabilidad de accidentes.

Guantes

$ 400

Tienen un grip para evitar que el sudor o cualquier otra circunstancia provoque dificultades para sostener el manubrio. Ofrecen confianza y confort.

Como en el caso de la pechera, es imprescindible usarlos para practicar esta modalidad.

Datos

“Durante las bajadas se pedalea sólo en los falsos planos. La concentración y el esfuerzo físico está puesto en mantener el equilibrio”.
Las bicicletas para practicar la modalidad Downhill se caracterizan por el recorrido de las suspensiones delantera y trasera, de más de 180 milímetros, que permiten amortiguar el aterrizaje luego de saltar. Son más pesadas que los típicos rodados de mountain bike.
Las de alta gama, cuestan por encima de los 80.000 pesos, mientras que las de enduro o cross country valen 60.000.
Las cubiertas de este tipo de bicicleta son más anchas y la caja de pedales está más elevada, para evitar que choque con las piedras y obstáculos. La relación de los cambios es de 1 plato por 7 piñones, todo lo cual termina por hacer muy difícil llevarla pedaleando cuesta arriba.
“Cuando salimos a hacer descenso nos turnamos para que uno del grupo espere al resto al final de la línea, así volvemos subiendo en auto. Hacemos un mínimo de 3 bajadas cada uno cada vez que salimos”, explicó. “La concentración y el esfuerzo está puesto en mantener el equilibrio, dominar la bicicleta y llevarla con fluidez. Yo nunca medí la velocidad de descenso, lo único que me importa en ese sentido es la adrenalina que se siente”, graficó.

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