El alga Didymo se sigue dispersando pero no altera el ambiente

El impacto de este organismo terminó siendo menos invasivo de lo que se pensaba. Su proliferación no es sólo por medio de las personas.

En los últimos años, la costa del lago Nahuel Huapi registra la presencia del alga Didymo desde Puerto Pañuelo hasta el área de Dina Huapi, al igual que la costa de Villa La Angostura. Por primera vez este año, esta especie exótica se registró también en algunos tramos del lago Mascardi, especialmente en los sectores de campings.

Ya se detectó en los lagos Gutiérrez y Traful, y en sitios más retirados pero frecuentados por pescadores como los lagos Fonk y Hess y en la cuenca del río Limay.

“Es una especie que se está estudiando mucho porque es rara y es lo opuesto a lo que sucede con la mayoría de las algas”, advierten desde Parques Nacionales.

El alga Didymo se distribuye en ambientes acuáticos de montaña fríos, de alta calidad de agua. Si bien no deja de dispersarse, los investigadores detectaron aliviados que el impacto es menor del que se estipulaba cuando el alga desembarcó en las costas argentinas.

Se detectó por primera vez en mayo del 2010 en el río Futaleufú, del lado chileno. Pero bastaron cinco meses para que alcanzara la cuenca argentina del río y se dispersara rápidamente por las provincias patagónicas, incluso hasta llegar a Tierra del Fuego.

El alga Didymo sigue siendo motivo de análisis. Sin embargo, la veloz diseminación por distintos ambientes del lado chileno no se contrarrestó con la dispersión sostenida y más lenta por las provincias del sur argentino.

“Parques Nacionales hace monitoreos permanentes en distintos cuerpos de agua. Se ha notado un lento incremento de la dispersión. Más lento de lo que hubiésemos esperado aunque hay nuevos ambientes que se van sumando con la invasión del alga”, puntualizó Leonardo Buria, de la Dirección Regional Patagonia Norte de la Administración Nacional de Parques Nacionales.

El biólogo acuático aclaró que se desconoce por qué la dispersión es más lenta en Argentina. “Hay un montón de incógnitas todavía. El alga tiene mucha capacidad de sobrevivir afuera del agua mientras esté en un ambiente húmedo. Entonces, hay una dispersión a gran escala mediada por el ser humano y una más localizada mediada por actividades como los bañistas, los kayaks, el buceo, la pesca deportiva y la fauna”, especificó y puso como ejemplo las aves que migran y el ganado que entra a un cuerpo de agua y luego, se traslada a otro.

Hoy el alga abunda en la cuenca norte y sur del parque Nahuel Huapi, el río Limay y en la cuenca sur del río Manso. Sin embargo, no colonizó todos estos ambientes sino solo en algunos tramos.

“Su mayor distribución se da en los grandes ríos; en los ríos chicos o arroyos menores casi no está el alga. Tiene que ver con los requerimientos de alta calidad de agua y luminosidad”, expresó Buria aunque reconoció que es difícil de cuantificar la superficie afectada por la presencia del alga. “Acá tenemos tramos de ríos donde sabemos que el alga está presente y otros donde no está. Entonces no hablamos de superficie de invasión sino de tramos de cuencas invadidas o ambientes invadidos”, dijo.

Impacto visual

Con la floración del alga Didymo se genera un material extracelular, formándose una “masa algal”. El cambio más evidente es a nivel visual: donde antes se veían piedras, ahora se detectan algas. El segundo impacto es que el alga Didymo reemplaza las algas nativas. “Muchos organismos que viven en el fondo del río y los lagos dependen de las algas nativas para vivir. Cuando aparece esta otra alga, podrían movilizan a otros lugares para conseguir el recurso y de esta forma, alterar la comunidad de invertebrados”, explicaron.

Buria recordó que hay peces que viven de esos invertebrados que podrían variar en cantidad y distribución. “El parque Nahuel Huapi evaluó el impacto de la presencia del alga Didymo en los microcrustáceos (el camarón grande y los cangrejos), esenciales para el huillín y los peces. Pero los estudios arrojaron que no hay diferencias en la abundancia de estos macrocrustáceos en sitios con algas y sin algas. De modo que no alteran esas poblaciones”.

En Futaleufú

En el parque Nahuel Huapi no hablan de superficie de invasión sino de tramos de cuencas invadidas.

“Cuando vos tenés ambientes muy frecuentados por el ser humano, la probabilidad de ingreso del alga es mucho más alta”.

Leonardo Buria, biólogo acuático de Parques Nacionales.

es el tamaño de estos organismos acuáticos unicelulares y fotosintéticos. En general se desarrollan en colonias.

0,01 a 0,2 mm

Datos

9 años
pasaron desde que se detectó el alga en el sur de Chile. Fue la primera presencia en América del Sur.
En el parque Nahuel Huapi no hablan de superficie de invasión sino de tramos de cuencas invadidas.
“Cuando vos tenés ambientes muy frecuentados por el ser humano, la probabilidad de ingreso del alga es mucho más alta”.

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