El cine teatro que se gestó con astucia

En 1973 se inauguró la obra después de idas y vueltas que incluyó un crédito nacional. Uno de sus impulsores, Mario Argat, recordó el peregrinar para montar el establecimiento.

Tenés que volver a ser mi secretario de Gobierno en este período de intervención”. La voz de Amado Sapag sonó firme y convincente. Sin margen para las dudas.

-“No, no vuelvo más. Hace poco nos echaron a patadas y tuvimos mil problemas”, respondió Mario Argat.

-“Dejate de embromar, si volvés podemos terminar el proyecto del teatro”, replicó el líder apelando a su poder de convencimiento.

Corrían los primeros meses de 1970 y de esa charla comenzaba gestarse lo que sería una de las obras más importantes para la historia de la ciudad: el cine teatro municipal. Un edificio emblemático que se inauguró tres años más tarde y que al día de hoy sigue siendo un punto de encuentro y convocatoria para los zapalinos.

Argat dejó de lado sus dudas y puso manos a la obra en una iniciativa que ya tenía una década de sueños e ilusiones postergadas. Es que en aquel momento ya había conseguido un préstamo de 20 millones del Fondo Nacional de las Artes para concretar el anhelo. Sin embargo, el ex gobernador Rosauer lo había rechazado argumentando que era “impagable”.

Por orden de don Amado, Argat regresó a Buenos Aires con el objetivo de reflotar el crédito gracias a sus contactos. “El expediente estaba archivado, me dijeron que había una solución pero no era muy honesta: teníamos que romper la hoja donde Rosauer lo rechazaba”, contó el historiador zapalino.

“Rompela”, pidió Argat sin dudar. “Si nos hubieramos guiado por los pasos burocráticos quizás hoy no tendríamos el cine teatro”, agregó.

A poco tiempo llegaron los fondos y hubo acto en la gobernación de Neuquén. “Me llaman para que firme o para que garantice el pago”, les dijo en ese momento el gobernador Felipe Sapag.

– “Dejate de joder Felipe, los zapalinos lo vamos a pagar”, respondió Amado.

El préstamo alcanzó para ejecutar la obra en su totalidad pero faltaba el interior: telones, butacas y alfombras. “Fuimos a Buenos Aires, a la tienda La Europea. Amado les hablaba como si se tratara del teatro Colón. Cuando preguntaron como íbamos a pagar les dijo que de contado. Yo pensé: este se volvió loco, si no teníamos un peso”, recordó Argat.

“Nunca hay que ir a un lugar con cara de pobretón porque te pisan, tenés que entrar con actitud y vas a ver como te ofrecen todo”, le explicó Amado cuando salieron. Al final consiguieron todo lo que necesitaban y la tienda no tuvo problemas en esperar por el pago. “Cancelamos hasta el último centavo”, evocó el protagonista.

Al final, en 1973 se inauguró la obra. Un espacio único que los zapalinos disfrutan a diario.

Datos

“Fuimos a Buenos Aires, a la tienda La Europea. Amado (Sapag) les hablaba como si se tratara del teatro Colón”, repasó el protagonista.

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