Entre ladrillos, señuelos y kayaks

Caminar por la villa de Casa de Piedra es como asistir a un festival de la obra pública con grandes carteles que anuncian los costos y el plazo de ejecución. Por ejemplo, se puede observar la flamante escuela de 1.100 m2, que abrirá sus puertas en marzo. O el polideportivo, con cancha de básquet con tableros profesionales llegados desde Bahía Blanca, la de voley y una exterior de fútbol. También el albergue juvenil de 1.000 m 2 con 12 habitaciones (una equipada para chicos con capacidades diferentes), donde pueden dormir 46 chicos. En la segunda mitad del 2006 pernoctaron allí 2.500 adolescentes.

En unos dos meses será inaugurada la estación de servicio, que se presume dará un nuevo impulso a la zona y tendrá un área exclusiva para camioneros, con ducha y cocina. Está prevista la construcción de una rotonda de acceso, un museo y un centro comercial.

Al atardecer, los feriados y los fines de semana crecen las visitas y en el lago se ven kayaks, lanchas, veleros y pescadores. Además de las truchas sembradas para la pesca deportiva, funciona un criadero con capacidad para producir 56 toneladas de este codiciado pez. Para ampliar la oferta, del otro lado de la ruta, cerca de los fósiles de caracoles, se creó un camping a orillas del río Colorado.


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