Gracias a un invento de los estudiantes se podrá ahorrar energía

Alumnos del CET Nº 9 de Cipolletti crearon un dispositivo para medir y ahorrar energía eléctrica. Los jóvenes inventores pusieron manos a la obra para ofrecer una solución a un problema que preocupa a sus vecinos.

Estudiantes cipoleños crearon un dispositivo que permite medir y controlar el consumo energético de los hogares.

El proyecto, desarrollado en el CET 9 de Cipolletti, logró posicionarse entre los mejores trabajos tecnológicos del país.

El joven Cristian Olguín explicó que buscaron diseñar un elemento que ayude a tomar conciencia sobre el uso racional de la energía.

La unión entre tecnología y la sociedad parece ser la fuente de inspiración para los estudiantes del colegio técnico ubicado sobre calle Mengelle.

No es la primera vez que los jóvenes piensan en un instrumento que permita dar soluciones a las problemáticas que más preocupan y afectan a la población en general.

El año pasado, Vera Dini, María Virginia Hernández y Ester Chandia crearon una pulsera antipánico como método de lucha contra la violencia de género.

Las chicas obtuvieron el reconcocimiento de la provincia y hasta el día de hoy trabajar para mejorar el dispositivo (ver recuadro).

Un gran laboratorio

Otro de los proyectos que tomó trascendencia fue el de Cristian, el joven que cursa 5° año en el CET 9.

Junto a sus compañeros, diseñó un dispositivo para medir el consumo de energía eléctrica.

El proyecto se inició en la materia de “organización industrial” y gracias al acompañamiento de los docentes, los estudiantes lograron reunir los conceptos de las diferentes asignaturas que cursan durante el año lectivo.

El joven explicó que gracias al profesor Diego Gutiérrez, conocieron la propuesta de participar de un concurso que organizó una empresa de tecnología reconocida a nivel mundial. El trabajo, desarrollado de manera meticulosa, logró quedar seleccionado entre los 30 mejores de 800 que se presentaron.

El proyecto, creado a mediados del 2018, aún permanece en periodo de prueba. El dispositivo cuenta con pantalla led muy fácil de leer.

Se puede observar la corriente, el voltaje y la energía consumida. La pantalla puede colocarse en algún lugar de la casa y puede tomar como parámetro los índices que figuran en las facturas de consumo energético.

“La idea es que pueda funcionar en una casa o empresa. Estamos trabajando hasta 24 volt. El próximo año vamos a probar con la corriente de línea de 220 y 380 volt”, explicó Cristian con entusiasmo.

La docente del CET 9, Graciela Candia, remarcó que desde el ámbito educativo surgen ideas innovadoras que logran concretarse una vez que los estudiantes la socializan con sus familiares y amigos.

“Cuando les planteo un proyecto es como una página en blanco que tienen que empezar a llenar (…) para nosotros es genial que la tecnología se una con los saberes. Nos motiva que después puedan llevarlo a la comunidad”, concluyó.

El proyecto aún permanece en período de prueba.
Florencia Salto

“La idea es que lo que hacen no quede sólo como un proyecto de escuela sino que realmente se pueda construir y difundir”,

expresó la docente del CET Nº 9, Graciela Candia.

Cuidar a las mujeres el foco de otro proyecto

El dispositivo “Vivir sin violencia” fue creado el año pasado por las estudiantes Vera Dini, María Virginia Hernández y Ester Chandia. El trabajo fue reconocido por la legislatura de Río Negro y

contó con el asesoramiento de la empresa investigación tecnológica Invap.

Durante el 2017, las jóvenes participaron en la Feria de Ciencias de la provincia y llevaron su proyecto a instancias nacionales, a través de la feria de Innovación Tecnológica que se desarrolló en Tecnópolis.

La profesora de Organización Industrial, Graciela Candia,

fue quien las acompañó en

todo el proceso. Para desarrollarlo, las chicas pusieron el foco en todos los hechos de violencia hacia las mujeres que sacudían a la sociedad.

Parte de la investigación se centró en saber si el botón antipánico (que entregan a víctimas) funciona morfológicamente. Así fue como la provincia les prestó un dispositivo para que ellas puedan avanzar en su trabajo.

Una de las fallas, explicaron, tenía que ver con su forma. “Tiene una correa y la mayoría la colocan en una cartera”, explicaron en su momento. El segundo paso consistió en readecuadar el prototipo para lograr “una solución”. Durante este ciclo lectivo, las chicas desarrollaron estrategias para poder reducir el tamaño de la pulsera y mejorar las características técnicas del dispositivo.

A lo largo de la experiencia, las estudiantes recibieron el asesoramiento de los expertos que integran Invap y tomaron todas las recomendaciones. Este año, se enfocaron en terminar el proyecto debido a que tiene “un fin social”.

“Fue una experiencia hermosa. Estamos en el último año y la idea es poder egresarnos con el proyecto terminado”, remarcaron.

Florencia Salto

Datos

“La idea es que lo que hacen no quede sólo como un proyecto de escuela sino que realmente se pueda construir y difundir”,

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