Julián y su «andá payá bobo» con las vacas de Irlanda

El joven veterinario es de Luis Beltrán y trabaja en una granja lechera. Usa la frase de Messi como estímulo.

“¡Andá payá bobo… Andá payá!”, le susurra Julián Bustos a uno de los terneros rezagados con una voz estilo Messi. Quiere que el animal se le prenda a la última tetina libre de un tambor donde otros diez se alimentan con leche. La situación es típicamente argentina pero sucedió en un tambo de Gilltown, Irlanda, donde este joven veterinario de Luis Beltrán consiguió empleo.

La acción del ternero que aprendió a mamar se la envió Julián en un video a sus familiares de Beltrán y General Roca. Un poco para presumir y otro poco para que observen cómo aplica sus conocimientos en tierras lejanas. Sabe que a las terneras con pocos días hay que estimularlas para que aprendan a succionar.

Julián tiene 32 años y se recibió en 2019 de veterinario junto a su novia Melisa. Fue en la primera promoción de la carrera de la Universidad de Río Negro que tiene su sede en Choele Choel.

En 2021 se casaron, sacaron el pasaporte italiano y rumbearon para Europa.

Recalaron en Barcelona. Julián trabaja allí de ayudante de cocina en un restorán argentino y Melisa de auxiliar en una veterinaria.

Un amigo les pasó el dato del tambo en Irlanda que buscaba “gente con experiencia” para la temporada de pariciones que dura cuatro meses. Y no lo dudaron. Allá fueron juntos en 2022. Y este año Julián repitió solo la experiencia.


Las tareas de Julián en la granja lechera


Desde Gilltown, condado Kildare, el joven beltranense le explicó a Río Negro las tareas que realiza en la compañía de tambos Saturn Farms.

Se levanta bien temprano porque a las 6 arranca el ordeñe de las 250 vacas que pastan en un campo de 65 hectáreas. La actividad le lleva 3 horas y media.

En la granja hay que asegurar que todos los terneros lleguen a la tetina y succionen para tener una buena alimentación.

Mientras tanto, su compañero se encarga de alimentar a los terneros.

Antes del almuerzo, limpian los galpones y reacomodan todo.

A la tarde se repiten las actividades con el segundo turno de ordeñe.


Mucho trabajo con las pariciones


Si bien la actividad parece rutinaria, Julián explica que “el trabajo bravo” se da en los tiempos de parición. A veces tienen que atender hasta 15 nacimientos por día.

Las crías se las sacan a las madres y pasan a ser alimentadas con la leche del tambo.

Los machos se los venden a un productor que tiene engorde.

Las buenas pasturas hacen de Irlanda un país con buena ganadería y demandante de empleo para sus tambos

El manejo de las pasturas con la división de cuadros y la rotación es otra de las tareas, al igual que el control de la sanidad de los animales. Si el problema es complicado llaman a un veterinario local.

Durante los meses fríos las vacas se encierran y las alimentan con silos.

Pero no todo es trabajo y más trabajo para Julián. A la hora de decidir su aventura laboral en Irlanda, explicó que lo hizo porque le gustan sus llanuras verdes, el carácter de los habitantes y porque “es un país con una birra espectacular”.

Julián y Melisa en un paseo por un jardín irlandés. La pareja de veterinarios de la región busca hacer experiencia,
más conocimiento y validar el título en Europa.

Este viernes que pasó fue la fiesta de San Patricio, el patrón de Irlanda.

Julián fue a un pub y festejó por partida doble: en honor al santo y porque vino de visita Melisa. Allí chocaron sus vasos de cerveza.

Ahora apuntan a revalidar sus títulos para establecerse en Irlanda.


«Los irlandeses son bien campechanos»


Al explicar porqué eligió Irlanda como destino laboral, Julián Bustos dice que se siente cómodo allá, que le ve cierta familiaridad con Luis Beltrán y sus chacras, el lugar donde se crió y aprendió las tareas rurales.


“Irlanda del Sur es como un pueblo gigante por la distribución de sus comunidades. Apenas si tienen cuatro o cinco ciudades importantes”, explica. Y enseguida destaca la calidez de su gente: “Son bien campechanos y andan sin vueltas. Siempre se interesan por vos cuando te cruzan y te buscan charla”.


Julián espera ahora la homologación del título de veterinario para ejercer a pleno en cualquier país de la Unión Europea.


Mientras tanto, valora la experiencia laboral en la granja lechera y el roce que adquiere con los profesionales del lugar. “Irlanda es fuerte en ganadería, con sus tambos y la cría de ovinos”, subraya el beltranense.


Recetas de la abuela que ayudan



Cuando termina la temporada de cuatro meses en el tambo irlandés, Julián vuelve a Barcelona para trabajar de ayudante de cocina y parrillero en el restorán de un marplatense.


Logró que instalaran en la carta tres recetas que le enseñaron de chico en Beltrán y son las más pedidas por los clientes.

Julián junto a la abuela «Teti» que ya no está. Una fuente de inspiración en su vida.

Con su abuela “Teti” aprendió a hacer los fideos caseros – un huevo por persona y otro más para la olla- y la “sopita de Río Negro”, sencillita pero nutritiva.

Con el abuelo Juan Carlos las empanadas tucumanas cortadas a cuchillo, de las que manchan al que se descuida.


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