La fotografía analógica sigue manteniendo su encanto

A pesar de la irrupción de las cámaras digitales en la vida cotidiana, la técnica tradicional suma adeptos en Neuquén. El proceso de revelado se sigue realizando en comercios y de manera particular por los aficionados.

Hay creaciones de antes que se resisten al paso del tiempo y su esencia y encanto mantienen intacta su atracción. Es el caso de la fotografía analógica que, si bien su uso hoy no es tan popular como hace más de una década, hay personas que todavía la emplean.

La aparición de la fotografía digital relegó el uso popular que poseía la fotografía con rollos pero de ninguna manera marcó su extinción.

El proceso de revelado es un trabajo minucioso sobre un papel fotosensible que hoy se sigue haciendo en Neuquén. Se hace en casas particulares y en comercios.

Sebastián Arce, quien atiende una casa de fotografía en la calle Sarmiento al 100, identificó que hay tres públicos que hoy usan esta técnica: la gente grande que no se adapta a la tecnología digital; el público joven que la utiliza de manera artística y aquellos que traen rollos que encontraron en sus casas y quieren ver qué tienen.

Arce diferenció entre el público joven y el más adulto por el tipo de imagen que captan con sus cámaras. “El joven lo hace de una manera más artística y el más grande capta casamientos, cumpleaños, o fotos de los sobrinos y nietos”, explicó. A la vez marcó que el grupo más juvenil la usa para exponerla en alguna red social y el más grande es frecuente que haga impresiones.

El tercer grupo se trata de gente que “encuentra rollos en sus casas y quieren ver qué tienen y los traen”, detalló. Contó que una situación recurrente es cuando muere algún familiar. “Entre todas su cosas se encuentran rollos que nunca se habían revelado y la familia los trae porque quiere saber qué tienen por una cuestión de recuerdos más que nada”, señaló.

Desde un local de fotografía ubicado en el Alto Comahue Shopping dijeron que solo hacen cuatro revelados de rollos en el mes y que la mayoría de los clientes son adultos mayores.

Uno de los lugares donde se centra el revelado de fotos en rollos está en el negocio de la calle Sarmiento. Arce, empleado del lugar desde hace un año y medio, dijo que hoy revelan alrededor 100 rollos mensuales y que la mayoría son de 36 fotos y unos pocos de 24.

El proceso puede durar 10 minutos y “después depende si hay que digitalizarlo o copiarlo”. Observó que los clientes son de distintos puntos del alto valle. La proporción entre digital y analógico la marcó en 70-30 con mayoría de digital.

Como sucede en la música con los vinilos pasa entre los jóvenes por la fotografía. Hay un número creciente que se interesa y se siente atraído por productos relacionado a lo retro. “Crece el público joven porque veo gente nueva y veo muchos chicos que vienen con cámaras de sus abuelos o de sus padres o algunos ya buscan comprar sus propias cámaras antiguas”, dijo.

Es el caso de Camila Esteban, una joven atraída por la fotografía analógica. “La imagen es totalmente diferente. Es como más real y es un arte totalmente diferente”, indicó.

Reveló que de chica siempre le atrajo este elemento y recuerda de manera especial cuando veía tomar fotos a su papá.

“Pensé que ya no había más rollos, y tenía amigas que lo hacían, y hay una movida re importante en base a la fotografía analógica”, comentó. Comenzó a hacer fotos analógicas desde principios de 2017. “La cámara la conseguí en Mercado Libre y quería la misma que tenía mi viejo cuando era chica y me costó pero la conseguí”, confesó. Hoy usa habitualmente su Minolta XG9 que la compró a 1.200 pesos.

Hoy sus trabajos los comparte en la web a través de Flickr.

El equipo de revelado es uno de los pocos del Alto Valle
Juan Thomes

El valor de cada captura y la sorpresa al ver lo revelado

“Sigue vigente porque es un arte y va a seguir estando. No veo que sea algo que vaya a desaparecer”, opinó Florencia Saracco, quien hoy trabaja con fotografía analógica.

Contó que estuvo en un grupo que organizó el año pasado una exposición en la Escuela Superior de Bellas Artes donde se reunieron diez fotógrafos de la zona.

Una de las razones para el resurgimiento de adeptos lo encuentra en que “lo digital está tan explotado que está bueno hacer algo que no es moneda corriente, y hay como una estética analógica que está bastante en boga”.

Confesó qué es lo que le atrae de esta fotografía: “Tiene que ver con que la inmediatez ya no es algo que me interese demasiado. En lo digital uno pude disparar continuamente y sacar mil fotos de un evento”, dijo.

Al respeto destacó que con lo analógico “no podés hacer una cantidad excesiva. Los rollos más grandes tienen 36 fotos y cuando estás con lo analógico valorás cada disparo. No solo por el proceso que conlleva, sino porque es caro, y porque hay escasez de rollos”.

Esto lleva a valorar “de otra manera la foto y te tomás otro tiempo para capturarla”.

Sumo también el aspecto estético: “El ruido que tiene la foto. Si bien uno puede comprar el rollo con los colores que le gusten también hay algo experimental y accidental como la entrada de luz que me parece interesante”, manifestó.

“Ante tanto crecimiento de lo digital hay algo como volver a los orígenes por lo menos en lo que es la técnica y en lo estético”, expresó Saracco.

36 o 24 son las tomas fotográficas que permite cada rollo.
Juan Thomes

“Es un arte muy diferente. Quería la misma cámara que tenía mi viejo cuando era chica. Me costó pero la conseguí en internet”.
Camila Esteban, una joven aficionada a la fotografía analógica.

Los precios en lo analógico y digital

Digitalizar la foto de una cámara moderna en algún soporte como CD, pendrive, celular o recibirlo por mail se hace por 75 pesos. Si se imprimen más de 40 fotos cada una tiene un costo en tamaño grande (15X21) de 20 pesos, 18 pesos en mediano (13X18)), y 16 en tamaño chico (10X15).

En el caso de cámaras analógicas hay otros valores. Un rollo de 36 fotos ronda los 250 pesos, y el revelado y digitalización de un rollo cuesta 140 pesos. Si se quieren copiar en un papel de tamaño chico vale 20 pesos cada una y las 36 fotos está casi 600 pesos.

Hay otros que lo hacen de forma artesanal en su casa. Un grupo acondicionó su hogar para hacer el revelado después de hacer un taller

de revelado que se dio en la zona. Para realizarlo usan una superficie fotosensible expuesta a la acción de la luz y dónde se aloja la imagen latente. Experimentan con película fotográfica de 35 mm en blanco y negro.

El proceso manual se hace dentro de un tanque de revelado y la carga del rollo se hace a oscuras. Usan tres químicos en todos los pasos: revelador, paro y fijador.

Cada uno con un tiempo y una temperatura específica.

En la máquina reveladora el rollo pasa por un tanque, después el blanqueador, fijador, y estabilizador. Sale la película revelada y seca. Dura diez minutos.

Datos

En la máquina reveladora el rollo pasa por un tanque, después el blanqueador, fijador, y estabilizador. Sale la película revelada y seca. Dura diez minutos.

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