Las historias detrás de los proyectos financiados por Fair For Life en Roca

Cada proyecto es una historia en si misma. Acá un resumen de algunos de los proyectos de financiamiento social en 2017 y 2018.

Desde que ingresaron como prima de Fair for Life $ 9.300 generados en el 2012 para invertir en el 2013 a los 650.000 del 2017 para financiar proyectos en el 2018, no solo se engrosó la cifra sino que los propios trabajadores pasaron de comprar borcegos y camperas para ellos a levantar casas, hacer pisos, comprar alimentos y financiar tratamientos médicos. Lo que empezó como la necesidad de abrir una ventana comercial terminó como algo que emociona a todos. Aquí, algunos de los proyectos pagados con los fondos provenientes de Fair for Life, como figuran en sus propios registros:

Alimentos para un trabajador accidentado

Diego sufrió un accidente en la vía pública y se fracturó la clavícula y tibia izquierda, tuvieron que operarlo y quedó en silla de ruedas. No solo perdió su medio de transporte al trabajo (la moto) en el accidente sino que además lo despidieron.

Desesperado, quedó a la deriva por lo menos tres meses sin ningún tipo de ingreso, hasta completar su rehabilitación.

La propuesta fue presentada por su hijo, Gabriel Sandoval, trabajador estibador del empaque de Fruempac: quien propuso costear económicamente el taxi a sus curaciones. Sin embargo, el grupo resolvió otorgarle la compra de alimentos precederos y no padeceros por 6 meses.

Compra de lentes de aumento para 3 chicos

Asistieron a dos hermanitos que necesitaban anteojos de alto aumento y también para Gisela, la hija de un empleado de la chacra.

Ayuda para operación de cáncer de mamas y estudios

A Mariela le diagnosticaron cáncer de mamas a finales de 2017. Le dijeron que después del tratamiento de quimioterapia debería operarse. Pero para determinar qué tipo de operación era la indicada tenía que hacerse un estudio de secuencia de genes BRCA 1-2.

A pesar de tener cobertura médica, la mutual no le cubría ni los honorarios del doctor que debería operarla ni los costos del estudio de genes.

El proyecto fue presentado por su hijo, quien es un peón del empaque. En la asamblea se resolvió el pago del estudio genético y ayuda con el pago de los honorarios del médico.

Ayuda para que Miqueas pueda moverse mejor en su casa

Miqueas es un nene que se alimenta por sonda y tiene muchos problemas de movilidad. Vive junto a su familia en una casa humilde, que no tenía techo y con un piso muy deteriorado, esto le impedía recorrer con normalidad su casa.

El proyecto fue presentado por dos clasificadoras que son sus vecinas. Se resolvió la colocación del piso y el cambio del cielorraso en la vivienda.

Conexión de gas para los padres de Patricia

El proyecto fue presentado por los compañeros del empaque, ya que Patricia es clasificadora. Sus padres son muy mayores y viven en condiciones precarias. Por su avanzada edad, calefaccionarse con leña se volvió una tarea dificil. Los obreros resolvieron terminar el piso y realizar la conexión del gas.

Pisos para Angélica y el señor Avendaño

La familia de Angélica construyo con mucho esfuerzo la estructura de su casa, pero desde hace años no la podían terminar, por ello contaban con piso de tierra. Se resolvió construir el contrapiso y colocar el piso de la vivienda

Don Avendaño es el padre de un embalador del empaque, un hombre mayor de más de 90 años. La vivienda tenía el piso en muy malas condiciones y con el baño separado de la morada, lo que implicaba un riesgo para su salud. La asamblea resolvió colocarle el piso a la vivienda y construir el baño en el interior de la vivienda.

Útiles escolares para los hijos de los trabajadores

Uno de los proyectos que se viene repitiendo hace tres años es la entrega de útiles a todos los hijos de los trabajadores del empaque y de chacras.

Representa una gran ayuda para el inicio de clases y aún más para los padres con varios hijos con edad escolar.

Ayuda permanente para el merendero móvil de Godoy

Un grupo de personas se reune cada fin de semana para realizan meriendas y juegos en diferentes lugares: plazas, comedores comunitarios, casas o iglesias. Cada semana salen en busca de donaciones y con eso se organizan para el desarrollo de las actividades.

Los trabajadores definieron un monto fijo, para ayudar al merendero cuando lo requieran.


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