Pintada de pañuelos en el Centro Cívico de Bariloche: el compromiso con la Memoria

Reencuentros, abrazos y la necesidad de transmitir la historia. La mañana del Día de la Memoria en imágenes.

Como cada 24 de marzo, adultos, jóvenes, niños, militantes y no militantes, turistas y barilochenses se congregaron puntualmente a las 10 en la plaza del Centro Cívico para realizar el ritual de los últimos años: la pintada de pañuelos. Con 17 grados y un sol radiante, la gente se dispuso a lo largo de la plaza que quedó cubierta por fotos de desaparecidos.

Los saludos efusivos por el reencuentro de todos los años, las charlas y los mates acompañaron la jornada. La leyenda «Nunca más» se podía leer en un cartel enorme. Frente a los arcos del Centro Cívico, se podía disfrutar de varias intervenciones artísticas breves.

Foto: Chino Leiva

Eduardo Nasiff, de 71 años, no logra ocultar sus lágrimas cuando termina de pintar un pañuelo en homenaje a un compañero de la facultad de Ciencias Exactas. «Todos los años venimos con mi compañera. Este pañuelo que acabo de pintar es por mi compañero de la facultad. Éramos muy amigos y desapareció el 8 de julio de 1977. Es un compromiso con la memoria. Hace unos meses estuve con su hijo Santiago y lo traje a la plaza para mostrarle el pañuelo de su papá«, contó.

«Desde aquellos años -continuó-, me juramenté recordarlos hasta el último momento de mi vida, mi último aliento«. Respecto a la actividad en la plaza, Nasiff consideró que «es una de las cosas más transparentes y puras. Es un ejercicio concreto de la memoria. La evolución política en el país muestra que hay que seguir con esto por las expresiones de violencia, de odio, de fascismo. La amenaza es muy concreta».

A unos pocos metros, Martina Cianis pintaba otros pañuelos. «Vengo a pintar en nombre de mis tíos desaparecidos. Esta era una actividad que solía hacer con mi papá. Incluimos también a mi abuela porque cuando mis tíos desaparecieron, ella murió. La pensamos también como víctima de lo que pasó. Es lindo ver a tantos jóvenes que se interesan para que esto no vuelva a pasar», señaló.

Norma Aguirre pintaba una bandera mapuche junto a su nieta. «Hice la escuela primaria y secundaria durante el golpe y no tengo a nadie desaparecido en mi familia. Pero estoy acá para recordar a todos los compañeros que se llevó el golpe. Es fabuloso también ver a tantos nenes hoy en la plaza. Yo vine con mi nieta. Por la memoria», dijo.

Foto: Chino Leiva

Rosario Hintze observaba a su pequeña hija tomar el pincel con pintura blanca. «Siempre participamos de la marcha, pero este año el clima ayudó y quisimos estar presentes en la plaza pintando los pañuelos. Es algo muy nuestro. Es como que, cada año, todo esto se siente un poco más lejano y es nuestro desafío transmitir esto a los más peques. Los juicios siguen sucediendo y es una nuestra responsabilidad que la memoria siga viva», explicó emocionada.

Mara Luján, una turista de Paraná, Entre Ríos, averiguó las actividades por el Día de la Memoria no bien desembarcó en Bariloche y quiso estar presente. «Cuando conocí esta plaza por primera vez, me pareció hermosa y quise sacarme una foto con los pañuelos. Esto es militancia y emociona», señaló.

Entre la gente, circulaban susurradoras que contaban historias.

También llamó la atención la gran cantidad de manchas de aceite por toda la plaza que dificultaban la pintada. Además, motivaron que el intendente Gustavo Gennuso se cayera durante el acto oficial por el 24 de marzo.


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