¿Por qué dicen que los pelirrojos “traen” mala suerte?

La participación del periodista Martín Liberman en “Bailando por un Sueño”, reflotó el debate sobre el viejo dicho popular que dice que las personas que tienen el cabello colorado “traen” mala suerte. El creador del “Club de los Pelirrojos” explica las razones del mito.

Por Omar Fornataro (*)

Desde el antiguo Imperio Romano hasta la Edad Media, nos han perseguido, difamado y violentado.

Haciéndoles un pequeño resumen les cuento con aproximación cómo comenzó todo esto.

Cuando en un momento de expansionismo el antiguo Impero Romano intentó, sin suerte, conquistar los pueblos del noreste de Europa (que eran habitados por muchos pelirrojos), éstos no sólo les ganaron las batallas sino que -al expulsarlos- les dijeron que los invadirían y masacrarían por haber querido conquistarlos.

Al volver derrotados, los romanos crearon varios mitos, como que llevaban cascos con cuernos y osamentas y que eran demoníacos, entre otras ridiculeces. Nos decían “yeta” (portador de desgracia). Por lo tanto, los romanos propagaron dicho término.

Aquí en Argentina este “italianismo” está mal y absurdamente aplicado, al igual que mufa, y mucho menos mala suerte.

Así nace esta discriminación, mito absurdo, y esta falsa creencia de que los pelirrojos traen mala suerte.

Nos llamaron bárbaros. Corrieron la voz por todo Occidente y así fue que nos estereotiparon de yeta, la que se propagó hasta la actualidad.

Es más, cuando escribieron el Nuevo Testamento, hay citas que describen a Judas Iscariote, Caín, Esaú y María Magdalena como pelirrojos, adjudicándonos el mote del mal, demoníacos y engendros, buscando con esto a un grupo minoritario como chivo expiatorio para relacionarnos con hechos nefastos y cosas negativas que en ese momento de la antigüedad no se podían explicar.

Durante la Edad Media se tejieron todo tipo de mitos extraños y descalificadores por ignorancia. La pequeña población pelirroja -1 o 2 %- hemos sido perseguidos, difamados y menospreciados.

Por suerte, en la actualidad no sucede esto en toda la sociedad gracias al avance social y cultural, reconociendo que por ser una minoría tan dispersa hemos influido en hechos positivos a través de toda la historia.

– Gracias a los pelirrojos se creó el imperio más grande del planeta (Gengis Khan era pelirrojo)

-Se “inventó” y propagó el budismo (los Tocarios de la Cuenca de Tarim eran pelirrojos)

– Se descubrió el continente americano (Cristobal Colón era pelirrojo)

– Se descubrió que la Tierra giraba alrededor del Sol (Galileo Galilei era pelirrojo)

– Se escribieron los mejores poemas en inglés (William Shakespeare)

– Se crearon las melodías más hermosas (Vivaldi)

– Se fundó la democracia en Estados Unidos (Thomas Jefferson fue el principal autor de la Declaración de la Independencia), y se consolidó la democracia de ese país (George Washington fue su primer presidente)

– Se fundó Rusia (Riúrik, también llamado “Rus” -rojo- por su pelo, y de aquí el nombre de “Rus-ia” -cruz roja-)

– Se creó la actual República italiana (Giuseppe Garibaldi); incluso la actual Francia, gracias a las influencias del Marqués de Lafayette.

Woody Allen, Winston Churchill, Napoleón Bonaparte, Malcolm X, Marilyn Monroe (¡siii, ella también!), Vincent Van Gogh, todos ellos eran pelirrojos.

En Argentina, particularmente en el mundo futbolero y del juego, son muy cabuleros y es en ese ámbito donde más nos siguen hostigando con el mote de yeta.

No todos hemos sido discriminados, pero sí a casi todos nos han burlado en algún momento de nuestras vidas. De pequeño no nos gusta y se convierte en angustia; de adolescente lo aprovechamos con el sexo opuesto; y de adultos ya lo superamos.

Eso no quiere decir que no suframos un bullying sistemático, que en la mayoría de los casos es silencioso por miradas o tocarse partes del cuerpo para evitar su propia ignorancia al decir que les damos “la mala suerte”. En base a esto radica la discriminación que sufrimos. El Inadi minimiza el tema, no nos toma las denuncias, sólo las quejas vía web. No nos gusta que nos digan “un grupo de estrafalarios”, tal como dijo hace unos días una nota en un matutino de circulación nacional. Tratemos de comunicar valores acerca de no discriminación de ningún tipo.

(*) Creador del Club de los Pelirrojos.


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