Tiene parálisis cerebral y se propuso caminar 18 kilómetros sin andador: «Quiero demostrar que se puede salir adelante»

Ramiro Aguilar es de Mendoza y busca romper las barreras de esta discapacidad.

Ramiro avanza despacio pero con firmeza. Cada paso es una pequeña victoria y un recordatorio del desafío que él mismo se propuso: caminar 18 kilómetros sin la ayuda de un andador. Lo que parece una simple meta para algunas personas, para el joven que fue diagnosticado con parálisis cerebral cuando nació y hora tiene diplejía espástica va más allá de lograr su objetivo. «Quiero demostrar que se puede salir adelante«, cuenta a RÍO NEGRO RADIO.

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Ramiro Aguilar es de Mendoza y nació con parálisis cerebral. Le dijeron a su familia que jamás hablaría y lo logró. Su diagnóstico fue cambiado y ahora tiene diplejía espástica, que afecta principalmente sus piernas, lo que condicionó su movilidad desde siempre. A pesar de esto, no permitió que defina su vida.

Durante años, utilizó un andador para desplazarse, pero recientemente comenzó a practicar con bastones, buscando mayor independencia. “Me dan libertad. Quiero llegar a manejar y moverme solo, sin depender de nadie”, explica.

Así fue que se propuso caminar 18 kilómetros. Actualmente, camina cinco metros por día y tiene dos de descanso obligatorio. «Necesito mantener un ritmo durante un tiempo prudente y cuando mi cuerpo se adapte a ese ritmo avanzaré a 500 metros y así sucesivamente».

Ramiro se había propuesto caminar 18 kilómetros solo con bastones para fin de año, sin embargo, entendió que ponerse una fecha limite solo complicaría las cosas. «El tiempo es lo que menos importa, lo importante es lograrlo».

La diplejía espástica causa la rigidez muscular. Foto: Facebook.

El joven mendocino no tuvo solo el acompañamiento de su familia al contarles su desafío, que fue fundamental en todo este trayecto, sino también que se sorprendió cuando desconocidos se enteraron y le dieron su apoyo. «Me empezaron a llamar», dice contento, «me invitaron a salir a caminar o a organizar encuentros».

«Nunca me espere tantos mensajes. El propósito que tengo es cambiar la mentalidad de la gente, ayudarla y demostrar que se puede salir adelante. Se pueden plantear objetivos, sueños y se pueden cumplir».

Si bien este nuevo desafío deja una gran marca en su vida, Ramiro vive también por otras cosas. Está a un año de terminar la carrera de Derecho. Estudia de manera virtual, lo que le permite adaptar su rutina a los entrenamientos. «Lo importante es no quedarse en la queja y seguir adelante”, reflexiona.

Mientras Ramiro avanza por su barrio, un lugar que conoce como la palma de su mano, sueña con ampliar sus horizontes. Tiene en mente cumplir su desafío en el Parque General San Martín o por el centro de Mendoza. «Yo siempre digo que cada uno tiene sus batallas y cada uno tiene su forma de encarar todo. Desde mi lugar trato de aconsejar y ayudar para que salgan adelante».


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