Una ceremonia ancestral y abierta a la comunidad recibió el año nuevo mapuche

El Wiñoy Tripantu se celebró con incesantes rezos, bailes y cánticos, y una pequeña cacerola humeante sobre la costanera de Viedma

Incesantes rezos, bailes y cánticos, y una pequeña cacerola humeante, pusieron el suficiente marco espiritual con el cual los mapuches recibieron el Año Nuevo.

La primera celebración de una sucesión de encuentros que fueron programados para estos días contó con la presencia de un nutrido grupo homogéneo de gente, quienes se acercaron a las orillas del río Negro para participar de la ceremonia.

A pesar del frío reinante, y quizá para combatirlo, algunos de los miembros guiaron el acto haciendo sonar el cultrún, el instrumento musical de percusión más importante de la cultura mapuche, y la trutruca, una trompeta con forma espiralada.

El rito inicial consistió en una marcha por algunos sectores de la avenida costanera y luego los asistentes ofrendaron a la madre tierra pequeñas porciones de azúcar y yerba para agradecer lo que cada uno logró en la vida, pedir para que no falte lo necesario y asumir un nuevo compromiso para cuidar la naturaleza.

Los participantes, entre ellos varios niños y niñas, festejaron uniendo en un punto imaginario hacia arriba -y golpeando uno con otros- unos bastones de madera (weño) con los que se juega al palín, un deporte ancestral mapuche.

En cuanto a la significación de este acontecimiento, Ermelinda Tripailaf, de Patagones, hizo acto de presencia poniendo de manifiesto que “el encuentro es para celebrar la renovación de la vida, el nuevo ciclo de la naturaleza, y fortificarnos”.

A su turno, Hugo Aranea, como uno de los referentes de la comunidad; destacó que “vinimos para reafirmar el compromiso con nuestra madre tierra, y asumir el legado histórico y ancestral de vivir en armonía, y en equilibrio con la naturaleza”.

A su criterio, la reunión abierta a la comunidad “implica vivir con respeto y armonía con nosotros mismos, mantener la herencia de defensa del territorio y la cultura negada por todo un sistema de opresión”.

Aranea reflexionó sobre el momento que atraviesa el medio ambiente y condenó “las políticas extractivistas”, y a su vez resaltó la apertura hacia la comunidad del acto para que “el resto de la sociedad se acerque, conozca, tome conciencia sobre cómo es el tema de la cosmovisión de los pueblos originarios, la renovación y el nuevo ciclo de la naturaleza que empieza para todos”.

Las distintas comunidades continuarán durante el fin de semana, en un campo cercano al mar, los distintos homenajes por el Wiñoy Tripantu, que marca el inicio del Año Nuevo mapuche y que los llena de esperanzas porque significa “la nueva salida del sol”.


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