Una investigación a secas

Una red de científicos estudiará la sequía y su efecto sobre la vida. De 60 sitios de estudio, 17 están en Sudamérica y 14 en Argentina.

Cambio Climático Global

Pablo Roset

Fauba

Una de las predicciones del Cambio Climático Global es que existe una alta probabilidad de que en este siglo las sequías impacten más severa y frecuentemente sobre una cantidad de ecosistemas terrestres, acompañando el aumento de la temperatura.

Sin embargo, no todos los ecosistemas responden igual, y la ciencia aún no ha podido explicar las causas de esas diferencias ni entender qué factores hay detrás de esas respuestas. Ponerlos en claro será clave para conocer mejor cómo funciona el mundo que habitamos y también para entender y mejorar el manejo de los sistemas productivos.

Las redes de experimentos coordinados (REC) abren una nueva perspectiva. Laura Yahdjian, investigadora adjunta del Conicet, profesora adjunta de la cátedra de Ecología (FAUBA) y miembro del comité científico de la Drought-Net señala: “Esta es una nueva red internacional que tiene como objetivo estudiar la sensibilidad o la respuesta de los ecosistemas terrestres a los eventos de sequía. Así como vemos que, en el marco del Cambio Climático Global aumentan la temperatura y el CO2 en la atmósfera, también estamos viendo que crece la frecuencia y la intensidad de los eventos de sequía. Si bien los distintos ecosistemas del planeta reaccionan de formas diferentes, en general las sequías los afectan a todos en algún momento. De ahí nuestra preocupación por ver qué sensibles son los distintos sistemas y a qué se deben esas diferencias”.

A cada sistema le llega su sequía

Los pronósticos del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Global) indican que en este siglo, las áreas más afectadas por la sequía serán el sur y el centro de Europa, la región mediterránea, el centro de América del Norte, América Central y México, el noreste de Brasil y Sudáfrica. Al respecto, Laura explica: “La frecuencia de sequías está aumentando en todo el planeta, sobre todo en las regiones áridas.

En un futuro no muy lejano, tanto los sistemas naturales como los productivos se van a ver afectados en mayor o menor medida, y esto va a tener consecuencias sobre la agricultura, la ganadería, la producción de madera, el suministro de agua, la salud humana, la producción de energía, etc. Los seres humanos dependemos de los sistemas naturales, y de ahí la necesidad de aumentar nuestro conocimiento de su funcionamiento y sus respuestas a la sequía.”

Detrás de la pregunta “¿Cómo responde un ecosistema a la sequía?” existen al menos dos intereses. La ciencia busca esclarecer los mecanismos de estas respuestas. La preocupación aplicada, productiva, no siempre es contrapuesta y así lo explica la científica: “Nuestra investigación tiene una aplicación muy concreta. Como los sistemas productivos se rigen por las mismas leyes que los naturales, mucho de lo que sabemos o podemos predecir en relación a los cultivos o a las capacidades productivas de los ecosistemas las ‘sacamos’ primero de la naturaleza. Los conocimientos que vamos a obtener de la red nos servirán para entender mejor todos los ecosistemas, incluidos los productivos.”


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