Solidaridad, tras el desastre en Agrarias

Miguel Gambera

CINCO SALTOS (ACE).- Invaluable material científico y pedagógico se esfumó con el incendio que se produjo el miércoles por la noche en el ala derecha del edifico Segovia, de la facultad de Ciencias Agrarias de la UNC. Además de lupas, microscopios y computadoras, las llamas se llevaron un herbario colectado por investigadores durante más de 30 años, que contenían las especies autóctonas del Valle, la meseta y el entorno “que había sido iniciado por la profesora –ahora jubilada– Luci Conticello; también se perdió la impresionante biblioteca específica que había en ecología”, dijo el decano Sergio Bramardi. Bramardi, que estimó las pérdidas económicas en alrededor de un millón de pesos, destacó la solidaridad del estudiantado, porque los alumnos y profesores no sólo colaboraron para rescatar libros de la planta baja mientras trabajaban los bomberos arriba, sino que ayer por la tarde se habían organizado para terminar de sacar los ejemplares mojados. No hubo víctimas por el incendio, que comenzó pasadas las 20:45 en el primer piso. Hacía más de media hora que había cerrado la biblioteca (en la planta baja), la dependencia que tuvo estudiantes y personal hasta última hora. El decano destacó la llegada inmediata de las cuatro dotaciones de bomberos al ser alertados por el humo y las llamas. El cabo de policía de bomberos Bernardo Posse, a cargo de los peritajes iniciales, explicó que “presumiblemente fue un problema eléctrico, pero hay que ver exactamente el lugar. El ala que se afectó permanecerá cerrada para el peritaje federal y por eso no está aún habilitado el gas y la electricidad hasta que se determine que está en las condiciones seguras”, dijo. Bramardi informó que de las siete oficinas del ala derecha de la planta alta del edificio, tres resultaron destruidas en su totalidad y otras dos estaban dañadas. Las oficinas de topografía, botánica sistemática y ecología y fruticultura, en las que se guardaba el material científico y documental de al menos siete catedráticos quedaron destruidos. También afectó los laboratorios, mientras que otros ocho profesores deberán acondicionar sus lugares de estudio y trabajar con lo que se veía ayer como recuperable. El decano informó que la rectora Teresa Vega estuvo ayer en el lugar y “dijo que prioridad uno será la facultad. Va a derivar los recursos y habló con la secretaria de Política Universitaria y está el compromiso de ayudar todo lo posible. Afortunadamente el seguro estaba al día”, dijo. “Lo que no se puede cuantificar son los años de nuestro trabajo que se quemaron con los papeles”, dijo la docente Anabel Olave, mientras que con ostensible tristeza, la profesora María Claudia Dussi detalló que en su oficina “había libros que no se consiguen más, información de 15 años de estudios, trabajos científicos de posgrado, ediciones que no salen más firmadas por sus autores, las pérdidas son totales”, dijo.