Sólo un pingüino sobrevivió al desastre

Tras la muerte de cientos de ejemplares en las playas rionegrinas, ayer uno se recuperaba de la afección tras el tratamiento recibido de la veterinaria María Eugenia

Por PEDRO CARAM

pcaram@rionegro.com.ar

LAS GRUTAS (ASA).- La naturaleza tiene sus misterios. Mientras en lo que va de febrero cientos de pingüinos han muerto en las costas rionegrinas, uno se recupera favorablemente en el patio de la casa de una veterinaria que se encarga de su atención.

–¿Qué hace que éste no tenga síntomas y parezca que está evolucionando y que el resto no sobreviva? –preguntó «Río Negro» ayer a María Eugenia Picerno, mientras la profesional alimentaba al único de los más de cincuenta ejemplares que la médica recibió en estos días, que logró -por ahora- superar su crítico estado de salud.

–Tiene que ver con la resistencia individual.

Siempre en medio de las epidemias y los impactos de este tipo, hay algunos ejemplares que por tener mayores defensas pueden recuperarse. Pero todavía hay que esperar, porque ha habido otros que parecieron curarse y luego empezaron con síntomas y finalmente murieron», indicó la veterinaria que, no obstante, es optimista en relación a los resultados de sus esfuerzos por salvar al animal.

Llegó a sus manos hace una semana. Fue encontrado en cercanías de la plataforma de buceo por los submarinistas que trabajan en el lugar. Apenas nadaba y su estad era muy complicado. «Ni siquiera se podía parar», recuerda la médica de animales.

Un tratamiento a base de un preparado de altas calorías y alta concentración de proteínas es su único alimento desde que está en la casa de Picerno. «Ahora camina y ya no tiene ningún síntoma evidente. Creemos que se recuperará y hoy podría comer pescado», sostuvo.

Mientras tanto continúa dándole antibióticos como le recomendó la especialista Rosana Mattiello, quien ha estudiado profundamente esta población y además recientemente realizó análisis en animales encontrados en la costa bonaerense.

«En la Fundación Mundo Marino, a algunos que han hallado les dieron vacunas. Yo quiero conseguir una para, cuando el ejemplar que tenemos aquí esté bien, poder devolverlo al mar con defensas. Porque después de tanto esfuerzo para recuperarlo sería triste que se enfermara», afirmó Picerno.

Desde hace cerca de un mes, los animales juveniles empezaron a aparecer muertos en las costas rionegrinas. Más de cincuenta fueron llevados agonizantes al domicilio de Picerno, pero tras unos días cayeron muertos. «Hoy –por ayer– murió uno que había empezado con síntomas neurológicos. Tenía todo un lado del cuerpo paralizado», expresó la profesional.

Ante este panorama inu

sual, desde estas costas la veterinaria se comunicó con Rosana Mattiello, quien le informó que análisis realizados en Mundo Marino habían detectado la presencia de un paramixovirus y de malaria aviar, entre otras enfermedades, en algunos de los ejemplares investigados.

El viernes, luego de que pasara el fuerte temporal que afectó la zona desde el martes hasta el jueves, cientos de pingüinos muertos aparecieron en las playas de Las Grutas y se sabe que lo mismo ocurre en distintos puntos de la costa bonaerense y en parte de Chubut. Científicos de distintas partes del país buscan explicaciones a este fenómeno que por la cantidad de ejemplares que involucra es inusual.

Buscan la causa de la muerte

Guillermo Caille, de la Fundación Patagonia Natural, informó a este medio que el alto nivel de mortandad en juveniles pingüinos magallánicos que se registra desde Chubut a Buenos Aires obedece a razones naturales. Científicos de la organización que integra están estudiando el tema para determinar con precisión los motivos que provocan esta situación.

Aclaró que la población de pingüinos no está en riesgo. «El 2005 fue un año muy exitoso para las colonias ya que hubo un alto nivel reproductivo y también alta eficiencia en los cuidados de las crías por parte de sus progenitores», indicó en diálogo con este medio el investigador chubutense.

«En sus migraciones a Brasil es normal que juveniles inexpertos se vean afectados por tormentas y por la falta de alimento. Esta ha sido una temporada atípica en la que la temperatura del agua ha sido más baja de lo normal y también porque ha habido más temporales que otros veranos», informó. En cuanto a los riesgos para los seres humanos Caille destacó que «todos los animales silvestres provocan riesgos de zoonosis por lo que siempre es recomendable cuando se encuentra algún ejemplar enfermo dar intervención a veterinarios, organizaciones ambientalistas o centros de investigación relacionados con la fauna».

En cuanto a las enfermedades que según informó ayer este medio han sido detectadas por la investigadora Rosana Mattiello en algunos pingüinos hallados muertos en las costas, Caille indicó que «hay que ver en qué porcentajes estas enfermedades están presentes en las aves encontradas, ya que por lo general son afecciones normales en algún porcentaje de la población. Hay que profundizar los estudios en las aves para saber si existen epidemias que influyan en la mortandad de los pingüinos», indicó. Se descartó, en tanto, la existencia de problemas ambientales.

Aves con alas adaptadas para nadar

Según informa un sitio de internet de turismo de la provincia de Chubut, los pingüinos son aves marinas que tienen alas, pero no vuelan ya que están adaptadas para nadar. Estas aves la mayor parte de su vida en el agua, inclusive duermen en ella. Al nadar, son capaces de alcanzar una velocidad de ocho kilómetros por hora, aunque saltando por sobre el agua en tramos cortos.

Un pingüino adulto mide unos 50 centímetros y pesa unos cinco kilogramos. El plumaje que caracteriza la especie es el pecho blanco, lomo negro y un doble collar blanco y negro. La vocalización de los pingüinos adultos parece un rebuzno, la utilizan para alejar extraños y atraer a su pareja. En cambio, los pichones, con un piar sibilante y continuado piden su merecido alimento.

Entre agosto y septiembre se puede apreciar en las colonias chubutenses el arribo de los machos y hembras desde su migración por aguas de Brasil. Se ve la lucha territorial y el armado de los nidos. En octubre es la época de la incubación que dura entre 30 y 45 días y en noviembre, de los nacimientos y primeros cuidados de los pichones. En diciembre se da el crecimiento y una intensa actividad sobre la playa. En enero, los pichones salen de su nido y mudan su plumaje. Luego comienza la migración hacia el norte y desde mayo en adelante ya no se aprecian pingüinos magallánicos.

Los que aparecieron muertos o debilitados durante este mes en las costas rionegrinas y bonaerenses son juveniles de la cohorte del 2005, con como máximo tres meses y medio de vida.


Por PEDRO CARAM

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