Sorgo granífero: potencial de cultivo con alto valor energético
Un grano que podría adoptarse perfectamente en la región, incluso en suelos de escasa fertilidad.
Alternativas productivas en los valles norpatagónicos
En la ganadería regional se está produciendo un cambio de escenario muy importante como resultado del nuevo estatus sanitario denominado “zona libre de fiebre aftosa que no practica la vacunación” y su pertinente reconocimiento internacional, resolución emitida por el Magyp (Boletín Oficial de la Nación Nº 32591). Este nuevo estatus sanitario de la región, en espera del reconocimiento internacional en el corto plazo, debería ser una oportunidad para desarrollar sistemas ganaderos de producción de carne más eficientes y estables en el tiempo, a fin de mejorar la propia competitividad de los sistemas y de la cadena de valor. Los mismos deberán ser capaces de abastecer la demanda de la industria frigorífica regional, generando nuevos puestos de trabajo especializados (Miñón y col., 2015).
En este contexto, los valles de la Norpatagonia tienen un rol fundamental en el desarrollo de los sistemas de producción de carne y leche. Este desarrollo contempla la intensificación de los sistemas productivos vinculados a la utilización de los recursos (tierra, energía, insumos, agua, recursos vegetales, recursos humanos, etc.).
En estos sistemas desarrollados y especializados, el cultivo de sorgo granífero para la producción de grano podría representar un componente fundamental en la alimentación de bovinos y ovinos por su elevado contenido de energía, que permite la terminación comercial de animales en cualquier época del año.
En la producción de cerdos, la utilización de grano de sorgo sin taninos condensados (sorgos blancos) podría también ser una alternativa interesante para cubrir los requerimientos energéticos de estos animales.
Asimismo, los valles norpatagónicos se caracterizan por la abundancia de suelos heterogéneos, de escasa fertilidad y con variabilidad horizontal y vertical de sales, que limitan el cultivo de maíz tradicionalmente utilizado, debido a los bajos rindes que se obtienen en estas condiciones (Miñón y col., 2009). El sorgo granífero por su parte es una especie que se caracteriza por obtener rendimientos aceptables en este tipo de suelos y representaría una opción promisoria para la producción de granos con alto valor energético.
Por otro lado, podría esperarse que el costo de producción del mismo sea inferior en comparación con el cultivo de maíz, debido principalmente al menor valor de la semilla y menor utilización de agroinsumos.
Otra posibilidad de uso para este grano es la agro industrial, más precisamente la industria cosmética, fructuosa y por supuesto la producción de alcohol. Sin embargo, en los últimos años su utilización en la producción de harina sin gluten, para el desarrollo de alimentos destinados a la población celíaca, es quizás uno de los avances más importantes en el uso de este cultivo.
Evolución en el país
El grano de sorgo es el sexto grano más importante del mundo, por su volumen de producción y superficie cultivada. Su dinámica está asociada a las dos grandes vías de utilización, como alimentación animal (valor forrajero) o bien su uso en nutrición humana (principalmente en países en desarrollo). Argentina es una protagonista relevante en este mercado, ya que es el segundo país exportador mundial, detrás de los Estados Unidos y el primero en los rendimientos unitarios por unidad de superficie. Con un aumento de la superficie de siembra y altos rindes, nuestro país podría duplicar la exportación de grano de sorgo.
En la figura que acompaña esta nota se puede visualizar cómo evolucionó en el país la superficie sembrada con sorgo granífero y su producción promedio por hectárea en los últimos 14 ciclos productivos.
En las últimas cuatro temporadas de siembra (2011/12-2014/15), hubo una disminución de la superficie sembrada de alrededor del 37%. Esta tendencia no fue así en los rendimientos, ya que se pueden apreciar altos y bajos rindes. Igualmente la superficie promedio de los últimos siete años es un 36% superior a los primeros ciclos del milenio.
En nuestra región y más precisamente en los valles irrigados de la Norpatagonia, se carece de datos oficiales sobre la superficie del cultivo de sorgo granífero para la producción de grano, pero se estima que es muy baja e incluso que no superaría las 50 hectáreas.
Potencial de rendimiento en la Norpatagonia
En la EEA Valle Inferior se realizaron ensayos comparativos de rendimiento de grano en diferentes híbridos de sorgo granífero y doble propósito, con el objetivo de conocer la adaptación de la especie en las condiciones de la Norpatagonia.
Entre los aspectos más importantes que inciden en la elección del híbrido a sembrar se puede mencionar la importancia de la duración del ciclo (días desde emergencia a floración y a madurez fisiológica), susceptibilidad al ataque de pájaros, nivel de taninos en grano, altura de planta, distancia entre última hoja y panoja (pedúnculo), resistencia a enfermedades foliares y, por su puesto, la disponibilidad en el mercado local y precio de la semilla.
En una de las figuras adjuntas se puede visualizar la variación de rendimiento en grano que presentan los híbridos en condiciones de riego. Cabe aclarar que las grandes diferencias de rendimiento que se aprecian corresponden al severo ataque de pájaros que sufrieron esos materiales respecto de los demás. Pero en términos generales, el promedio de rendimiento de aquellos híbridos de sorgo que no fueron afectados por dicho ataque fue de 7.714 kg/ha, con un máximo de 9.890 y un mínimo de 4.532 kg/ha.
Estos valores indican el gran potencial que presenta el cultivo en los valles norpatagónicos y su alternativa como producción de grano, en aquellos suelos con limitaciones físico-químicas, o bien como cultivo de menor costo de producción.
Un factor importante a remarcar es la susceptibilidad al ataque de pájaros por algunos híbridos de sorgos. Si bien todos los materiales tienen un mínimo daño, hay híbridos con alto contenido de taninos condensados que presentan alta astringencia al ser consumidos por los pájaros, de modo tal que el daño causado es mínimo. En las condiciones propias de los valles norpatagónicos, con alta diversidad de aves, la utilización de híbridos con alto contenido de taninos condensados es una condición necesaria e imprescindible para poder cultivar y cosechar una alta producción de grano.
Por otro lado, la medida que indica la distancia entre la inserción de la última hoja y la panoja (pedúnculo) es una característica que varía entre híbridos y puede ser de mucha utilidad al momento de adelantar la cosecha por problemas con los pájaros o bien para liberar el lote con anticipación. Distancias muy reducidas entre la panoja y la última hoja podrían generar inconvenientes operativos durante la cosecha, por introducir material verde en la trilla y así generar incluso mayor ambiente de humedad en el grano cosechado y almacenado. Cabe mencionar que la humedad óptima para la cosecha de grano de sorgo es alrededor de 14-14,5°.
Conocer los diferentes ciclos que presentan los híbridos en nuestros valles es otro aspecto importante para seleccionar de manera eficiente el material a sembrar. Si se utilizan materiales de ciclo muy largo (días desde emergencia a madurez fisiológica), sumados a siembras en fechas tardías, se corre el riesgo que el cultivo no llegue a completar su ciclo y por consiguiente reducimos su potencial de expresión genético.
Fecha de siembra
El sorgo es un cultivo tropical que requiere de alta temperatura de suelo para poder germinar de manera homogénea. La temperatura mínima para germinar es de 15°C, siendo el rango óptimo de 17-19°C en los primeros 10-12 cm de espesor del suelo. A su vez este rango de temperatura media óptima debería permanecer entre los tres y cuatro días.
En siembras con temperaturas bajas, la germinación demora muchos días, es desuniforme, bajo stand de plantas (ver cuadro adjunto) y podría causar problemas para la aplicación de herbicidas por no contar con plantas en igual estado fenológico. En el Valle Inferior del Río Negro esas temperaturas optimas de siembra se presentan entre principios y mediados de noviembre. En siembras más tardías, si bien logramos mayor temperatura de suelo, se podría reducir el potencial productivo de la especie/híbrido.
Alternativas productivas en los valles norpatagónicos
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