«¿Soria? Soria tiene cero chance»

Pasadas las nueve de ayer, Carlos Soria hablaba fuerte en la vereda del municipio de Roca.

«¡No los quiero más, no los quiero más!», le decía al presidente del Tribunal de Cuentas Juan Huentelaf, leal colaborador de Soria y hombre que hace política desde prolongados silencios y sospechas generosamente amplias.

¿Qué había ocurrido?

Que rato antes Soria se enteró de que Julio Arriaga, por radio, dijo que si es por el gobierno nacional, «Soria no cuenta, cero chance» para ser candidato a gobernador por el Frente para la Victoria.

«Es lo primero que tiene que quedar claro. Lo hablé incluso con el presidente», había acotado Arriaga. Y agregado: «El candidato natural del gobierno nacional es Miguel Pichetto».

–En el radicalismo hay franjas que dicen que debe respaldarse a Kirchner para presidente, buscar «Kirchner presidente-Saiz gobernador». ¿Usted que opina a partir de lo que sabe de la Rosada?

–Tampoco hay chance para esa alternativa. No hay ninguna posibilidad de que Saiz sea el candidato de Kirchner. El presidente tiene claro quién es quién en Río Negro y quiere ganar la elección –señaló Arriaga.

Deslindó además toda posibilidad de que en el marco de la heterodoxia que signa a Kirchner a la hora de buscar respaldo, lo elija a él como candidato a gobernador por el Frente para la Victoria.

–Nosotros dijimos siempre que íbamos a acompañar a un justicialista para la gobernación de Río Negro y obviamente que Pichetto es el que más cerca está de esa candidatura –reflexionó Arriaga.

Mientras tanto, en el municipio de Roca comentaban ayer que Soria no sólo repitió descalificativos hacia el diputado nacional en la vereda del municipio.

Sus gritos habían comenzado ni bien atravesó con el rostro colorado de furia la puerta de su despacho, alrededor de las 9, cuando la «chance cero» que le vaticinó Arriaga era comentada más allá de los límites de la ciudad.

Y esos gritos matutinos no deben entenderse simplemente como otra de las viscerales reacciones del intendente ante todo lo diferente que pasa frente a sus narices, sino más bien como el resultado de un cúmulo de enojos con el Frente Grande que se repiten desde hace diez días.

Todo comenzó con el comunicado del legislador, Luis Di Giacomo, donde le exigieron al jefe comunal roquense que se defina de una vez, ante las contradicciones generadas por su permanencia en el Frente para la Victoria denostando con frecuencia, al mismo tiempo, al presidente Néstor Kirchner.

El diputado provincial pidió además que Soria aclare cuánto hay de cierto en los comentarios que lo ubican cada vez más cerca políticamente del ex gobernador, Pablo Verani, y otros dirigentes del radicalismo.

–¡Me cansé de estos tipos! ¡En las elecciones de 2007 no van a ocupar con nosotros un lugar ni para una junta vecinal! –exclamaba Soria la semana pasada en su renovado despacho.

En fin, como sentenció Nicolás Avellaneda: «La política es una enfermedad con mucho de apasionante».


Pasadas las nueve de ayer, Carlos Soria hablaba fuerte en la vereda del municipio de Roca.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $3000 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios