Sorpresa y cautela en Brasil y Argentina

BUENOS AIRES (DyN/AFP) – El anuncio de la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia fue tomado con cautela en la Argentina y Brasil, principales países interesados en el mercado de petróleo y gas del país del Altiplano, así como en las casas matrices de las empresas allí instaladas.

Si bien la oportunidad de la presentación del «decreto supremo» tomó por sorpresa hasta a los propios bolivianos, la medida de nacionalización de los hidrocarburos se esperaba para algún momento de la gestión de Morales, que la presentó como uno de los ejes de su campaña electoral.

Los gobiernos de la Argentina y Brasil tienen un interés por partida doble en los hidrocarburos bolivianos: son los principales demandantes del gas de ese país, donde además operan las petroleras Repsol (española pero con fuerte presencia en nuestro país) y Petrobras, del estado brasileño.

Al respecto, funcionarios y técnicos del área energética de la Argentina y Bolivia encararon la semana pasada la revisión integral del convenio temporario de venta de gas natural firmado en abril de 2004 entre ambos países. El acuerdo vence en diciembre y establece un compromiso de provisión por parte de Bolivia de hasta 7,7 millones de metros cúbicos de gas natural diarios, a un precio de 3,20 dólares el millón de BTU.

Por su parte el ministro brasileño de Minas y Energía Silas Rondeau calificó como «gesto no amistoso» el decreto. «Puede entenderse como una ruptura en los entendimientos que venían manteniéndose con el gobierno boliviano», dijo Rondeau al diario Folha. «La medida aún está siendo objeto de exámenes más detallados», dijo Ildo Sauer, director del área de Gas de Petrobras.