«Soy muy prolijito»

En el tono mesurado que eligió para sus últimas apariciones públicas, el presidente Néstor Kirchner replicó ayer las críticas sobre su estilo personal y político al advertir que, aunque que puede parecer desordenado, «soy muy prolijito para manejar la plata del pueblo».

De todas maneras y aunque sin nombrarlo específicamente, volvió a acusar al duhaldismo de «poner trabas» a su gestión y advirtió que «los enfrentamientos cortos no sirven», por lo que volvió a pedir a los argentinos que «me ayuden» a «hacer el cambio que el país necesita». «Hay que ayudar a cada uno en el momento histórico que le toca», reclamó.

Al hablar en el partido bonaerense de San Nicolás en la segunda visita de lo que del año, Kirchner desautorizó a quienes cuestionan su participación activa en la campaña electoral porque, dijo, «gestiono desde la mañana hasta la noche y no me siento como un burócrata mientras el pueblo sufre».

«El escritorio de la Casa Rosada tiene que andar por todo el país», enfatizó el presidente en obvia réplica a la oposición que critica sus viajes al interior para encabezar actos. El jefe del Estado estuvo acompañado por su esposa, la senadora y candidata Cristina Fernández, el gobernador de la provincia, Felipe Solá, y los ministros de Interior, Aníbal Fernández, y de Salud, Ginés González García. «En la Argentina hay que trabajar con grandeza y dejar de lado las mezquindades», dijo Kirchner, para señalar de inmediato que «ante cada golpe pongo la otra mejilla».

Previo al discurso del presidente, Solá volvió a acusar al duhaldismo de «poner obstáculos» a su gestión y advirtió que esto se desató «cuando cometí el pecado de decir que no quería una provincia alambrada, sino un gobernador que mande».


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