«Soy un gran metiroso»

Experiencias de un 'luthier' que recorre caminos de humor. Hoy vuelve a escena en Neuquén "Los premios Mastropiero".

EDUARDO ROUILLET

El espectáculo «Los premios Mastropiero» empezó a probarse por partes en el 2001, terminó de armarse en el teatro Bristol de Martínez, el 29 de julio del año pasado se estrenó en el Astengo de Rosario. Pocos días después, el 12 de agosto, subió a escena en el Gran Rex de Buenos Aires, esta obra que modifica la tradicional estructura de los espectáculos lutherianos: es una entrega de premios, de brillantes ideas, de recursos actorales bien aprovechados y música que supera a la de los géneros que parodian. Anoche, al cierre de esta edición, Les Luthiers dio su primer función en con este show en el Estadio Ruca Che, donde hoy volverán a subir al escenario a las 22.

Las miles de personas que siguen a Les Luthiers donde quiera que vayan, prueban que la búsqueda de excelencia es una aspiración inevitable, ante tanta sobreoferta de chatura y banalidad.

«Somos actores profesionales, mejor dicho, somos luthiers profesionales. En mi caso personal», señala Daniel Rabinovich quien dialogó con «Río Negro» antes de su actuación en Neuquén, «me considero actor y trabajo como tal. O sea, que al subir al escenario, voy a trabajar y dejo de lado -en la medida de lo posible- todas las cargas que llevo puestas. Cuando armo el personaje que corresponde a cada una de las obras que hacemos, me concentro en él y hago lo mío. Si trabajara de cirujano, abogado, bancario, de chofer de taxi, haría lo

mismo. Vivimos en este mundo, en este lugar y tenemos los aprietes que la sociedad, que la familia, que la vida, nos dan; pero en el momento de actuar, somos profesionales».

– Imaginaba la respuesta, pero las que nombraste son actividades en las cuales, se puede hasta eludir el diálogo, no sonreír…

– Lo que es muy difícil, cuando uno está muy mufado, deprimido además, es crear, componer, escribir. Eso es mucho más complicado; sobre todo porque no existe la presión de tener que hacerlo. Cuando hay que realizar la función sí o sí, uno hace el laburo.

– ¿Cómo actúan los restantes luthiers, cuando alguno está en dificultades?

– En el caso de que lo sepan, cumplen una función importante de sostén. Si tenemos conocimiento que algunos de nosotros está mal, caído, normalmente se lo ayuda, se lo alienta, se le da una palmada, un mimo. Siempre hay una forma, un guiño, para apoyarlo en el escenario.

– ¿Qué pasa con las giras?

– En gira, cambia un poco la rutina del lugar en el que nosotros vivimos, normalmente Buenos Aires. Comienza la temporada de hoteles, de visita a casa de los amigos, de los días que duran cincuenta o sesenta horas, de caminar por los parques de ciudades que a uno no le pertenecen, que en alguna medida disfrutamos cada vez que vamos. Y, no es tan tranquilo como hacer el espectáculo siempre en el mismo escenario. Pero también tiene el placer de compartirlo con el público de los pueblos que visitamos, y nos esperan con los brazos abiertos. Nosotros lo sabemos, nos damos cuenta, nos lo hacen sentir…

– ¿Cómo ponerle límites a esos días de sesenta horas?

– Le damos más tiempo a la siesta para descansar y prepararnos para la noche. Después del laburo, vamos a comer con los amigos, los primos, los parientes de cada pueblo.

– ¿Y en cuanto a la lejanía de la familia, suelen girar durante dos meses sin volver a casa?

– Cada cual hace lo que puede (ríe Daniel). En esta gira que empieza en Neuquén, tengo la suerte de que mi mujer me acompaña, lo que la hará mucho más llevadera. Pero, bueno, es una casualidad porque se le acomodaron los tiempos y demás. De lo contrario, normalmente, estamos solos, nos apoyamos unos en los otros, vamos a comer juntos; y aprovechamos también para escribir, pensar, nos llevamos las computadoras…

– Y generar ideas para el espectáculo que viene…

– En este momento, estamos escribiendo, pensando y ensayando ya, cosas para el 2008. Así que viene muy bien, para el que está enchufado, abrir la compu y tipear. Normalmente escribimos las ideas de a uno y otro le pone música, ahí ya empieza a repartirse la cosa. Cuando el proyecto está medianamente desarrollado, lo tomamos los cinco, comenzamos a ensayarlo y lo grabamos en video; vamos corrigiendo hasta que por fin lo probamos con público y vemos qué nos parece. Son pruebas que se hacen metidas en el espectáculo que está rodando, sin avisarle a nadie, sin que el público lo sepa… Por ahí una noche, cada tanto, se prueba una canción nueva; grabamos esa función y después repasamos el video, escuchamos las risas del público, advertimos donde salió bien o mal lo que nos propusimos, decidimos si lo continuamos, lo dejamos o cambiamos.

– ¿Con quién congeniás musicalmente mejor?

– Yo me llevo bien con todos. Aparte, soy un gran mentiroso… Para actuar, quizá con el que más me divierto es con Marcos (Mundstock).


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios