Stekelman, una maestra de la danza poseída por el tango
Desde sus comienzos con Paulina Ossona y Renate Schottelius, pasando por la compañía de Araiz, miembro fundador del Ballet contemporáneo del San Martín del que fuera directora artística, hasta sus intervenciones en el American Dance Festival, Ballet du Nord y otras compañías y festivales internacionales, la labor de Ana María Stekelman la tiene como un pilar de la danza argentina.
Fascinada por el tango hizo la fusión de su estética con sus compases y hasta con la ópera y el cine, sin inhibiciones, porque para ella «todo se puede bailar». Así lo hace con su grupo Tangokinesis en sucesivas propuestas aquí y en el exterior.
-¿Cómo llegás a la fusión con el tango?
– Mi primer contacto musical es desde chica, cuando escuchaba el Glostora Tango Club y todas las orquestas. Después cuando hice danza moderna trabajé obras de tango pero no con sus pasos. A partir de «Jazmines» en 1985 empecé a elaborar coreografía moderna fusionada con pasos de tango, luego lo estudié más y comencé a trabajar con la pareja Nora Robles y Pedro Calveyra, que son actualmente mis asistentes y primeros bailarines. Ellos me pidieron una coreografía de tango y fui formando un grupo. Alguien nos vio y nos invitaron a Nantes, fue como un puntapié inicial.
Al volver lo llamamos Tangokinesis y estrenamos en 1990 en El Andamio, allí se nos unió Susana Argañaraz como mánager. Justo en ese momento fuimos invitados a Israel y Bélgica y otros festivales, además de alternar con Buenos Aires.
Con «Tangokinesis» empecé a trabajar más formalmente, mi enorme interés fue unir dos técnicas muy propias como la danza moderna y el tango, nuestra danza mayor. Se fue dando sin querer hasta lograr la última obra, «Operatango» donde la música de ópera se mezcló con tangos tradicionales.
-¿De qué manera se da esa combinación tan opuesta?
– Todo se puede bailar, y en cualquier lenguaje. La cuestión es hacer que sea posible y visible. Como una magia que hay que lograr para que no choquen los lenguajes, y se va produciendo con tiempo y el trabajo de los bailarines. Improvisamos bastante también, incluso con la música. Es posible comenzar con un tango que termina siendo bailado con música de opera. Vamos probando con un equipo muy dispuesto y libertad. Somos 8 con dos suplentes, gente nueva y veteranos que se interrelacionan logrando la esencia del tango y sus alcances, vigorizando la mezcla, que me gusta.
-¿Cuál es para vos la esencia del tango?
– Hay varias esencias, primero es un folclore nuevo, apenas 100 años, segundo es una danza de lo sexual. En las danzas populares se han ido separando las parejas, en el tango están unidas. Tercero, es una danza asimétrica, hay una persona que guía y otra que es llevada. Para la mujer seguir al compañero es muy importante, para acompañar tenés que conocer todos los estilos, según quién te saque a bailar. Cuarto, es como un ajedrez, porque hay jugadas, es un juego de seducción. Es muy heterosexual, siempre hay un hombre y una mujer, aunque originalmente haya sido bailada por hombres. Por eso tiene mucho éxito en el mundo.
El tango vuelve a traer algo perdido ritualmente: la diferencia entre lo masculino y lo femenino. Para mi el tango es como el mar, cuyas olas van y vienen, no puedo decir que no voy a seguir con él, puedo hacer otras obras sin tango, es cierto, pero no puedo erradicarlo de mi, eso bulle y ya es un lenguaje. El tango lo posee a uno.
– Trabajaste en cine, con Julio Bocca…
– Me gustó mucho trabajar con Saura, Puenzo y Cozarinsky. La película más fuerte fue «Tango» de Saura, quién me halagó cuando dijo que la cámara entraba muy bien en mis coreografías, lo mismo que Storaro que estaba muy contento de iluminar mis danzas. Son halagos muy fuertes. Creo que Saura es el mejor filmando danza en la historia del cine, salvando algunas cosas como «Amor sin barreras» o «Siete novias para siete hermanos». Trabajó mucho con Gades, que es otro genio que inventó todo.
Julio Bocca ( para quien preparó una obra con percusión de Domingo Cura y música de Waldo de los Ríos) tiene muchas calidades, duende, eso que no se aprende. Además tiene su bagaje clásico más todo lo que fue aprendiendo de moderno.
-Cómo evoluciona la danza hoy en día.
– No tenemos que pensar que Europa está más adelantada, lo que hace Europa es una cosa y lo que hace América, y Latinoamérica, son otras cosas. Porque la realidades son muy distintas. Si nos informamos demasiado- agrega- lo que hacemos es copiar las vanguardias y perder nuestra esencia, si nos alejamos demasiado nos quedamos envueltos en nuestra propia historia. Es un delicado equilibrio.
Julio Pagani
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