Sudáfrica intenta frenar violencia racista

JOHANNESBURGO/NAIROBI (DPA) – La ola de violencia xenófoba que vive Sudáfrica desde hace doce días ya suma 43 víctimas mortales y cientos de heridos, en tanto que miles de mozambiqueños se encuentran huyendo de los ataques a inmigrantes.

La portavoz de la Policía de la ciudad de Durban, Phindile Radebe, comunicó anoche que un joven de Malawi, de 23 años, fue gravemente herido a causa de disparos. Cientos de inmigrantes se refugiaron en una comisaría por temor a ser atacados.

La última víctima fatal fue reportada ayer por la policía en la provincia oriental de Mpumalanga, donde antes un mozambiqueño fue asesinado a tiros, al tiempo que dos autobuses fueron incendiados. También fueron saqueados varios comercios regentados por somalíes. Nuevamente, cientos de extranjeros, entre ellos somalíes, mozambiqueños y zimbabuenses, buscaron refugio en comisarías de policía.

En la zona metropolitana de Johannesburgo, donde se iniciaron los ataques contra inmigrantes africanos el 11 de mayo, imperaba una relativa calma, después de que el presidente Thabo Mbeki diera luz verde al Ejército para que intervenga a fin de atajar la ola de violencia. Al menos 16.000 extranjeros han abandonado sus hogares.

El presidente de Mozambique, Armando Guebuza, pidió no responder a esos ataques contra inmigrantes extranjeros y ofreció ayuda para repatriar a los casi 10.000 ciudadanos que se ven obligados a huir tras doce días de ataques.


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