Superpotencia impotente

Los documentos de WikiLeaks podrían llevar al traste los planes del presidente estadounidense Barack Obama para Irak. ¿Puede Estados Unidos retirarse de un país en cuyas cárceles reina la barbarie? Lo bueno para Obama por ahora es que las guerras de Irak no ocupan espacio en la actual campaña de las elecciones legislativas de noviembre. El gobierno de Estados Unidos estaba realmente enojado con la publicación de los casi 400.000 documentos clasificados y pidió a WikiLeaks retirar los documentos de inmediato de la red. Pero no sirvió de nada: WikiLeaks documenta con su último golpe no sólo la guerra sino que además pone de manifiesto en la era de Internet la impotencia de una superpotencia. Especialmente delicado para Estados Unidos es que los numerosos informes sobre situaciones atroces, tortura y barbarie en las cárceles iraquíes no son muy antiguos. Y lo que todavía es más delicado: que antes de 2011 el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, retirará todas las tropas de su país del vejado país y entregará la responsabilidad de la seguridad a los iraquíes. ¿Podrá Obama realmente hacerlo en vista de los angustiosos documentos sobre presos a los que han dado palizas, han quemado, abrasado o pegado con un látigo? Es desde todo punto de vista un “retrato terrorífico de la violencia”, comentó el diario «The New York Times», que no ocultaba su enojo. Son “especialmente preocupantes, porque el Ejército y la policía de Irak son un elemento central de los planes de Obama para retirarse”, apunta el prestigioso diario. Pero ahora, para los estadounidenses la guerra de Irak y también estos documentos no son más que un recuerdo de un tiempo remoto, sobre todo porque -a juicio del diario “The Washington Post”- los documentos no ofrecen “grandes revelaciones”. En realidad, la guerra de Irak ha dejado de ser un tema clave en EE.UU. Preocupa mucho más el débil desempeño de la economía, la elevada tasa de desempleo y las elecciones legislativas, donde los medios especulan sobre la derrota demócrata Cuando Obama anunció el fin de la misión de combate, dejó claro que Estados Unidos tiene que volver a concentrarse en sí mismo. Sin embargo también prometió que la misión de combate se acababa, pero no así “el compromiso con el futuro de Irak”. Los documentos en Internet ponen de manifiesto que habría que recordarle más a menudo sus palabras. (DPA)

Análisis


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