Suplicaron a la dueña de casa que no los entregara 

Tres jóvenes ladrones que escapaban de la policía se metieron en la casa de una mujer. Fue ayer a la madrugada, en el barrio Quito de Cipolletti. Lejos de tomarla como rehén, le pidieron por favor que no los entregara a la policía. Estaban desarmados porque en el camino arrojaron un revólver con el cual habían amenazado al dueño de una moto para robársela. Rodeados por la policía, se rindieron. Para la mujer, que conocía a dos de los ladrones, fue sólo un susto

CIPOLLETTI (AC)- Un importante despliegue policial se registró en la madrugada de ayer en el barrio Quito de esta ciudad, donde tres sujetos que previamente habían asaltado a cuatro jóvenes, irrumpieron en una propiedad donde se encontraba una mujer sola con sus dos hijos adolescentes. Si bien los asaltantes ya se habían despojado de sus armas, no dejó de ser “un susto” para la propietaria de la casa.

“No me entregue, no me entregue”, le suplicaba uno de los delincuentes a la mujer, cuando ya la manzana de la vivienda estaba rodeada de efectivos policiales. Finalmente aceptaron salir con ella y se entregaron.

El hecho ocurrió alrededor de la una de ayer cuando tres sujetos asaltaron a Ariel Hernán Aberzún Castillo, quien se encontraba con su novia y otros dos jóvenes más en el Parque Norte.

Según informó la policía, los delincuentes obligaron a Aberzún Castillo no sólo a que les entregara su moto sino también a que la pusiera en marcha porque si no “lo hacían boleta”.

Con el rodado, una riñonera, un celular y otras pertenencias, se dieron a la fuga.

La Policía se enteró inmediatamente de lo sucedido y comenzó a seguir los pasos de los sospechosos. Se sabía que habían salido por la calle Turrín y que se dirigían hacia el barrio Quito. Fue allí donde encontraron la moto abandonada en un baldío y descubrieron que los individuos que buscaban se habían metido en una casa vecina.

“Estaba durmiendo cuando escuché un ruido grande”, relató Ana Guzmán, la dueña de la vivienda ubicada en Posadas 56. “Me levanto y observo un bulto negro. Voy a prender la luz y veo a un chico que quiere entrar por la ventana del baño: ¿Qué hacés acá adentro?, le pregunté. Me metí, me respondió. Cómo te vas a meter acá en mi casa”.

Cuando la mujer abrió la puerta principal para que el intruso saliera se le metieron dos más. Para entonces la manzana estaba rodeada de policías. “No me entregue, no me entregue”, le suplicaba uno de ellos mientras lloraba. Guzmán dijo que uno de los jóvenes quería cambiarse la remera por una de su hijo, que tiene 15 años.

La mujer reveló que en ningún momento los amenazaron, ni los agredieron.

Tampoco llevaban armas porque se habían despojado de todo lo que tenían encima, al verse descubiertos mientras huían.

“Uno quería saltar por la ventana de mi pieza, pero le dije que no lo hiciera porque estaba rodeado de policías”, señaló Guzmán. Tanto en el techo como en inmediaciones de su propiedad había efectivos de las distintas unidades.

Con la presión que realizaba la presencia policial (que hasta realizaron algunos disparos intimidatorios con la escopeta Itaka), y el diálogo que mantuvo permanentemente la mujer (que conocía a dos de ellos que eran del barrio) finalmente los tres decidieron entregarse. Pero pidieron salir con Guzmán, como garantía.

“Si usted sale con nosotros nos entregamos”, le dijeron. Y así sucedió.

“Los tres estaban muy nerviosos y lloraban”, rememoró la dueña de casa, que es amiga de la madre de uno de los sujetos.

También lo estaba su hijo menor, que tiene 12 años, puesto que se despertó al ver a uno de los ladrones en su habitación.

Luego de media hora, los tres fueron aprehendidos e incomunicados.

Ayer al mediodía, efectivos de la subcomisaría 69 realizaron un allanamiento en el mismo barrio y encontraron el arma que supuestamente habrían utilizado los autores.

Este revólver -según se informó- podría haber sido empleado en otros robos ocurridos recientemente.

Los dos mayores -de 18 y 21 años- fueron derivados ayer por la tarde a la alcaidía de Roca, mientras que el menor de 17 años fue enviado al hogar de menores El Maruchito.


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