Surge el riesgo de epidemias en los países devastados

Las víctimas superan las 24.000 y 30.000 las desaparecidas. La tercera parte son niños.

TOKIO/NUEVA DELHI/BRUSELAS (DPA/ AP/AFP/Télam)- Los entierros masivos, los cadáveres apilados en hospitales, las decenas de miles de desaparecidos y las poblaciones enteras bajo el agua exponían la magnitud de la tragedia en la que se hundió parte del sudeste asiático por el terremoto del domingo.

La cifra de muertos tras el sismo y la serie de tsunamis que se desencadenaron el domingo rondaba ayer los 24.000, al tiempo que crece la preocupación por los riesgos de epidemias de cólera y malaria.

El vicepresidente de Indonesia lanzó anoche una dramática advertencia al señalar que sólo en su país -donde hast ahora se creía que había 5.000 víctimas fatales- la cifra podría rondar entre las 21.000 y los 25.000.

Según estimaciones de la Unicef, un tercio de los muertos son niños.

Las gigantescas olas de diez metros de alto (llamadas «tsunamis» en la zona), provocadas por el terremoto de mayor intensidad de los últimos cuarenta años en el mundo, arrasaron comunidades enteras e hicieron desaparecer flotas pesqueras completas, informaron distintas agencias internacionales.

Los expertos temen que la cifra de víctimas por el maremoto de 9 grados en la escala de Richter ante Sumatra y que arrasó zonas costeras de Sri Lanka, India, Tailandia e Indonesia continuarán aumentando.

«Debemos asumir que muchos de los miles de desaparecidos están muertos», dijo en una conferencia de prensa en Nueva York, Jan Egeland, subsecretario general para Asistencia Humanitaria de la ONU.

Millones de personas han sido afectadas en nueve países de la región por la catástrofe natural, señaló Egeland. Es imposible calcular por el momento los daños y pérdidas, agregó.

Mientras las tareas de limpieza y desescombro continuaban a pleno ritmo, cientos de miles de personas en Asia veían cómo han perdido todo lo que tenían. Los meteorólogos entretanto advirtieron de nuevas réplicas y más olas peligrosas.

Al menos un tercio de los muertos son niños. Naciones Unidas habló de una «catástrofe sin igual». En todo el mundo se han hecho llamamientos de ayuda a los países afectados, y ya han sido fletados los primeros aviones con bienes de primera necesidad.

El secretario general de la organización, Kofi Annan, dijo en un comunicado que «la ONU está lista para dar la asistencia necesaria con la intención de responder a las necesidades creadas por este desastre natural».

Tan sólo en Sri Lanka fallecieron 11.000 personas, según diversos medios. La cadena estatal india Doordarshan estimó los muertos en la India en al menos 6.900.

De acuerdo con las cifras oficiales actuales, en Indonesia murieron al menos 5.000 personas, más de 800 en Malasia y 46 en las Maldivas. De Myanmar, también afectada, no hay cifras. Incluso en las islas Seychelles y en el este de Africa se registraron víctimas. En Somalia están desaparecidos más de cien pescadores.

Al parecer, grandes zonas costeras han quedado arrasadas. Entre los muertos y desaparecidos hay numerosos turistas o residentes en la región provenientes de países occidentales.

Las zonas más afectadas fueron las islas occidentales de Indonesia, Sri Lanka, el sur de la India, Malasia, las Islas Maldivas y extensas áreas costeras de Tailandia, Birmania, Bangladesh.

El archipiélago de las Maldivas, un grupo compuesto por centenares de pequeñas islas al sur de la India, fue casi completamente barrido por el agua, que incluso provocó muertes en las costas africanas de Somalía, Kenya y Tanzania.

Una portavoz en Ginebra dijo que «nunca antes hubo una catástrofe de tamaña magnitud».

Desde la provincia indonesia de Aceh, una de las más afectadas, los medios locales y corresponsales hablan de decenas de cadáveres tendidos en las calles. Además, los equipos de rescate están sacando cuerpos de entre los escombros.

Testigos indicaron que también hay cadáveres en los árboles y entre los campos. La electricidad y las líneas de comunicación siguen interrumpidas.

También en las playas del sureste de la India se acumulan los cadáveres de humanos y de animales. Los habitantes están preparando entierros masivos. Una madre que buscaba desesperada a sus hijos contó que «hay moscas por todas partes y el olor es horrible».

El violento sismo comporta un riesgo de epidemias, principalmente de enfermedades diarreicas y respiratorias, más o menos elevado en función del nivel de salud e higiene de cada país, según los expertos.

El salvamento de los supervivientes y atención a los heridos, ya difícil a causa de las devastaciones (carreteras, puentes, comunicaciones cortadas), es todavía más complicado por la extensión geográfica del desastre, ya que no permite concentrar los esfuerzos en un sólo país o zona.

Notas asociadas: Afirman que habrá réplicas de gran magnitud en todo el mundo En la zona de desastre había 14 argentinos Las víctimas extranjeras

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