Baldíos convertidos en basurales

La falta de responsabilidad de vecinos descuidados sumada a la burocracia municipal para resolver los problemas ambientales de los barrios, agotó la paciencia de más de un vecino del barrio Belgrano. Desde hace meses conviven con un terreno baldío de propiedad privada que está cercado y donde se acumulan malezas de gran altura, escombros, residuos domiciliarios y una variada gama de insectos y roedores.

Los baldíos que se convierten en grandes depósitos de basura son una constante en casi todos los barrios de la periferia de la ciudad y motivo permanente de quejas por parte de los vecinos. Esta vez fue el turno de un predio de unos 20 metros cuadrados que está ubicado en la calle Pelagatti, entre Amaranto Suárez y Minas, del barrio Belgrano.

Posee un cerco perimetral de alambre y un portón de chapa que permanece cerrado con candado. Pero a pesar de estas medidas de seguridad impuestas por su propietario, no se pudo evitar que el lugar se colme de basura, chapas, electrodomésticos en desuso, cubiertas y una comunidad de insectos y ratas.

Los vecinos de ese sector reclaman a su dueño la limpieza del predio y a la municipalidad neuquina la pronta intervención para resolver la situación. «Los yuyos ya llegan a la altura de los techos de las viviendas. En el interior del baldío había dos pinos añejos que por la falta de cuidado se secaron y la cantidad de basura que hay va en detrimento de la calidad de vida del barrio. Estamos en continuo riesgo de contraer enfermedades y nadie hace nada», se quejó una vecina que tiene su vivienda ubicada en frente del terreno baldío.

Desde el área de Gestión Ambiental del municipio capitalino se informó que se tiene conocimiento de la existencia de ese basural y ya se procedió a intimar a su propietario para que lo desmalece y limpie. Pero los procedimientos requieren un tiempo prolongado.

«Como es una propiedad privada, primero se debe localizar al dueño que no siempre reside en la ciudad, luego se lo intima y se le da un plazo razonable para que proceda a la limpieza. Vencidos esos plazos, el personal municipal recibe la autorización correspondiente para ingresar al predio y limpiarlo. Pero todo ese trámite lleva su tiempo», explicó Juan Carlos Roca, subsecretario de Gestión Ambiental de la municipalidad. (AN)

 

Falsas promesas

Los vecinos del sector Petroleros Privados II del barrio Progreso hicieron propio el refrán que recomienda perseverar para triunfar. Continúan reclamando la reparación de un desagüe de aguas cloacales que emana olores nauseabundos y la construcción de un espacio verde. A lo largo de las vías del ferrocarril y la calle 12 de Setiembre corre libremente un desagüe de líquidos cloacales, que desde meses pone de mal humos a los vecinos de Petroleros Privados II. “Larga olores insoportables y por estar a cielo abierto es un foco de infección permanente. Desde hace meses estamos enviando cartas al municipio para que hagan algo, pero hasta ahora no hay noticias”, protestó Adrián, un vecino. El reclamo de un espacio verde, que la municipalidad prometió construir en San Martín y 12 de Setiembre apunta a evita que el terreno sea utilizado como basural. (AN)

 

CARA Y CECA

Taparon un bache

El pozo que durante meses puso de mal humor a los conductores, en Avenida Argentina y Teniente Ibáñez ya es sólo un recuerdo del estado de las calles de la ciudad. A metros de la avenida, sobre Ibáñez se encontraba un pozo de importante profundidad que a diario tomaba por sorpresa a quienes circulaban por allí y dañó a más de un vehículo. Los automovilistas hacían oír su descontento cuando sorpresivamente se encontraban con profundo hueco, sobre todo cuando tras las lluvias el pozo se convertía en una virtual y pequeña fuente en el medio de la calle. Finalmente las quejas hicieron efecto, el municipio reparó la calzada asfáltica y el bache pasó al olvido para alivio de los conductores y vecinos. (AN)

Escombros mal ubicados

El de ayer no fue un buen comienzo de semana para maestras y padres del jardín maternal Pichoncitos, ubicado en el Pasaje Claro, entre las calles Leguizamón y Nordenstrom del área centro sur. Al iniciar la jornada, las docentes se encontraron con un montículo de escombros y tierra justo debajo de la ventana y al lado de la puerta de ingreso a la guardería. Los restos de materiales provienen del levantamiento del asfalto que fue realizado para reparar un tramo de la cañería de agua potable. El caño se reparó, pero el pozo quedó abierto y los escombros sobre la pequeña vereda. “Arreglan algo y rompen otra cosa. Parece que no pueden hacer las cosas bien”, se quejó una de las mamás que con su bebé en brazos debió sortear el montículo de escombros. (AN)

 

EMPEDRADO

Aguas servidas

Los vecinos del barrio Huiliches están preocupados por la constante acumulación de aguas en dos esquinas. Aseguran que no se trata de una pérdida de agua de la red domiciliaria sino de aguas servidas provenientes de las cloacas. Las dos lagunas de líquidos cloacales se encuentran sobre la calle Belgrano. Una se desparrama sobre la intersección de la calle Picún Leufú. “Ya hace varios días que las aguas están en la superficie, es realmente desagradable e infeccioso. La contaminación, la suciedad y la propagación de insectos están a la orden del día”, denunció una vecina que solicitó que la comuna tome cartas en el asunto.La otra esquina afectada es la de las calles Belgrano y Rufino Ortega. (AN)

Sin semáforos

La intersección de las calles Catriel y Belgrano fue la vedete de los reclamos de los vecinos del barrio Cumelén. Es una zona muy transitada, los automovilistas no respetan las velocidades mínimas y a esto se suma que desde hace unos días los semáforos no funcionan. “Por esta esquina cruzan los chicos que salen o entran a la escuela, sin semáforos se hace altamente riesgoso e imposible cruzar. Ni siquiera colocan policías de tránsito para detener los autos cuando los chicos tiene que cruzar. En cualquier momento ya a ocurrir un accidente, y nadie va a poder resolver nada”, se quejó María Ester, una madre del barrio. Esa esquina de Cumelén no sólo es altamente peligrosa por la inhabilitación de los semáforos y el alto tránsito, sino también porque según comentaron los vecinos, los vehículos que bajan por la calle Catriel descienden a excesivas velocidades y no frenan en las esquinas. (AN)

 

CONTACTO

“Río Negro” pone a disposición de los vecinos una línea telefónica y un correo electrónico para que denuncien problemas de infraestructura o servicios: 449-0924 barriosnqn@rionegro.com.ar


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