Conicet analiza restos óseos hallados en el norte neuquino

Se trata del material hallado en Aquihuecó, cerca de Tricao Malal. Ya se rescataron los restos de 70 personas, además de elementos de trabajo y ornamentales. El sitio es un enterratorio que tiene una antigüedad de entre 4.200 a 3.500 años.

Neuquén

El ministerio de Gobierno, Educación y Justicia informa que especialistas en Arqueología e Investigadoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) se encuentran en la capital neuquina para realizar el análisis de los restos óseos hallados en Aquihueco, que fueron rescatados en el marco de la campaña arqueológica que se realizó en el norte neuquino en febrero de este año.

Marien Béguelin, antropóloga bióloga, investigadora del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Río Negro (recientemente llegada a General Roca), explicó las características del sitio: “Estamos trabajando con el material de Aquihuecó, ubicado al norte de la provincia del Neuquén, cerca de Caepe Malal en la localidad de Tricao Malal y lo que pudimos hallar fueron principalmente restos humanos. El sitio es un enterratorio con una antigüedad de entre 4.200 a 3.500 años, lo cual es muy antiguo para la Patagonia”, explicó.

Precisó además las particularidades y la procedencia del material de análisis: “Estamos analizando los restos humanos extraídos de esos cementerios y, realizando las primeras estimaciones que se puede hacer sobre este material, se puede decir por ejemplo qué cantidad de individuos extrajimos, qué talla tenían, de qué sexo eran y la edad que tenía cada uno al momento de su muerte. También si eran niños o adultos”.

María Alejandra Martínez Fabi, directora provincial de Cultura, destacó el trabajo que realizado por la comitiva de investigadores y arqueólogos que formaron parte de la campaña: “Es muy importante su trabajo porque analizan cada material y la manera en cómo fue dejado por las personas, tratando de conocer qué fue lo que sucedió en el lugar, quiénes eran las personas que utilizaron aquellas cosas, qué hacían, en qué creían y en qué época vivieron. Cada nuevo descubrimiento permite ampliar lo que sabemos de la historia y entender mejor quienes fueron las personas que habitaron nuestro territorio hace miles de años”, señaló.

Otra de las investigadoras, Florencia Gordon, bioarqueóloga de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora del Conicet, también precisó algunas particularidades de Aquihuecó: “Es un sitio realmente importante y una de las características significativas que tiene es su antigüedad. Si bien alrededor hay otros fechados más antiguos al sitio, como cementerio podemos decir que fue ocupado en ese momento y que es uno de los cementerios más antiguos y grandes de toda la campaña”. Además explico que hasta la campaña anterior, en 2008 se habían contabilizado por lo menos 56 individuos y que en la campaña de 2012 se hallaron aproximadamente restos óseos de 20 individuos más. “Es una particularidad que no es menor. Es un enterratorio muy grande y muy antiguo para las dinámicas de las poblaciones de toda la Patagonia”.

Gordon es especialista en rastros de violencia, por lo que preciso que a través del estudio de los huesos se pueden encontrar indicadores acerca de las causas de muerte de estos individuos.

También estuvo Valeria Bernal, jefe de trabajos prácticos de Orientaciones de Teoría Antropológica de la Universidad de La Plata y directora del proyecto del Conicet denominado “Proceso de diferenciación de las poblaciones humanas del Neuquén”, quien realizó una apreciación muy significativa acerca de la habitantes de la zona: “Estamos muy sorprendidos para bien con la comunidad local, porque realmente hay una conciencia del cuidado de los sitios y el patrimonio que no es muy fácil de encontrar en otros lugares. Se sumaron a trabajar con nosotros en las tareas de excavación de manera muy cuidadosa. Para mí fue una buena sorpresa que me lleve en ese sentido”.

Bernal dijo además que la iniciativa surgió para reunir información sobre el pasado de las poblaciones humanas del norte neuquino. Señaló que lo hallado en la zona también incluye otro tipo de material, como algunos ajuares que acompañaban los restos o cuentas de collar, que fueron realizadas sobre valvas de moluscos. También adornos de material lítico.

La profesional del Conicet agregó que una cuestión importante del sitio “es el hallazgo de molinos, o sea morteros, donde probablemente se dio el procesamiento de alimentos, como por ejemplo de prosopis (semillas), que es lo que arroja uno de los estudios que llevamos realizados hasta el momento”.

El año pasado, Bernal consiguió el financiamiento del Conicet para retomar el trabajo en la zona, con la intención de rescatar la mayor cantidad de material posible debido a que el sitio estaba expuesto a agentes erosivos como el viento y una de las dificultades era que el material se dispersará y se perdiera información del pasado y de los grupos humanos que vivieron allí. De ese modo, a través de la arqueóloga, perteneciente a la dirección provincial de Cultura, Claudia Della Negra, se planificó la comitiva que viajaría al sitio y se gestionaron los medios para realizar la campaña de rescate arqueológico, que se llevó adelante del 8 al 25 de febrero del corriente año. Della Negra precisó que el material que se esta analizando posibilitará conocer más sobre el origen de nuestra sociedad y su desarrollo a través de la historia. Además expresó: “Todo lo que se encuentra en un sitio arqueológico es importante, como el hallazgo de pequeñas semillas, huesos, carbón, objetos de distintos materiales, aunque no se encuentren completos, y por supuesto, los lugares donde habitaron las personas o donde enterraron a sus muertos, esto nos sirve para recuperar y conservar las cosas que vienen de la antigüedad y que son parte de nuestra herencia cultural”.


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