Nicolás Dujovne: “El kirchnerismo destruyó burocracias eficientes”

Dujovne está convencido de que el gobierno nacional está, en relación a la crisis económica, prisionero de sus propios imaginarios de lo que es el poder y que, deslizándose hacia el voluntarismo, ha colocado el país camino a mucha incertidumbre.

ENTREVISTA

Entrevista: Nicolás Dujovne, economista

El en programa por cable que tiene con Carlos Pagni le escuché decir que uno de los problemas que afronta la Argentina en materia de gestión oficial de la economía radica en que se ha quedado sin burocracia profesional…

-Burocracia eficiente, porque burocracia hay.

-¿Qué alcance tiene esa carencia? ¿Necesitamos remontarnos al clásico Max Weber para explicarnos el significado de una burocracia eficiente?

-No, no. Basta con la realidad. Determinemos el alcance de mi afirmación: hablo de las burocracias profesionales de la cartera de Economía, Banco Central fundamentalmente. Hasta la llegada del kirchnerismo al poder y su avance, en ambos planos existían burocracias eficientes, surgidas en sus roles de conducción por todo un sistema implementado en los 90 -los mentados 90-, fundado en el concurso de los cargos. Se buscó y se lograron rangos importantes de excelencia vía este método. El kirchnerismo heredó todo ese saber. Pero consecuente con su designio de construir y reproducir poder blandiendo desconfianza, sospechó de aquello que su imaginario le dictaba que era distinto, enemigo, y podó toda esa experiencia. La destruyó. La reemplazó con sus fieles, sus adictos a ultranza, por militantes. Es decir por un inmenso lote de gente con ausencia de saberes técnicos que hacen a la economía y las finanzas, a lo jurídico que compete en ambos campos. Se operó sobre lo institucional al mejor estilo K: desborde…

-¿Dónde se evidencia, por caso, la ausencia de una burocracia eficiente?

-Un caso que esta latiendo, que está muy en carne: el de los holdouts. Es un hecho que el gobierno nacional quedó paralizado con el fallo de la Corte de Estados Unidos de no asumir el caso de los holdouts; de ahí en más vinieron las marchas y contramarchas en el manejo de todo lo concerniente al default. Todo ese proceso se gestionó con ausencia de un asesoramiento responsable fundado en conocimiento.

-¿Qué define una burocracia eficiente, criteriosa?

-La responsabilidad en la arquitectura del contenido de una decisión del nivel político, para el caso en economía y o materia de manejo de la moneda. Este tipo de burocracia es advertencia, solidez de argumentos, es historia de lo que no se puede hacer, alerta ante los problemas que generan las decisiones que hacen del atajo el método… Toda una cultura en el kirchnerismo. Arremete por atajos y discursividad montada en emociones, búsqueda de enemigos, etc., etc. Quiere vencer así problemas que tienen honda raíz macroeconómica. Pasó con la ley Cerrojo, pasa con el manejo del dólar. En economía no se puede gambetear la realidad.

-Ha escrito que uno de los problemas que jaquean al manejo del poder en Argentina es el divorcio existente entre la técnica y la política, para el caso la técnica en el manejo de la economía y la moneda. ¿Esto compete también al divorcio que tiene la política con el plano académico?

-Hace, claro. Y el plano académico es un cántaro inmenso de información pacientemente acumulada, de trabajos sobre economía, sistema federal, moneda, política tributaria que el poder político ignora. Y además se sorprende cuando un académico asume una función en, por ejemplo, la cartera de Economía. “¡Cómo es posible!”… Como si fuera una traición o vaya a saber qué cosa. En Estados Unidos, que son un ejemplo de vínculo muy positivo entre política y universidades, nadie cuestiona que el conductor de la Reserva Federal sea un catedrático de Harvard.

-¿Estamos en recesión?

-A toda vista. Manda la recesión.

-¿Cree que este gobierno se decidirá a admitirla?

-No sé, no sé. Son… no sé.

-¿Son qué?

-Mire, lo que les pasa es lo que les pasa siempre a los populismos en términos de lo peor para el populismo y la sociedad: quedarse mucho tiempo en el poder. Se enamoran del poder, lo asumen desde el vértigo de pensar que lo reproducirán eternamente. Son convencidos de tener un destino manifiesto. Pero de golpe, la realidad. En consecuencia, es muy difícil… no digo predecir lo que van a hacer, ni siquiera imaginarse si están pensando en hacer algo. Han desoído con maniática tenacidad los dictados de la realidad.

-Pero algo tendrán que hacer. Usted ha dicho que diciembre del 2015 está muy lejos. La emisión, por caso, ¿seguirá creciendo?

-Por supuesto. Mire, el 2015 es un siglo en relación al presente. Día a día se les presentan con gesto fiero dos realidades, entre otras, la crisis del sector externo y la presión sobre el dólar. Quieren llegar a diciembre, no el del 2014 sino el próximo, sin una devaluación brutal y sin subir las tasas de interés… no sé cómo lo podrán evitar.

-Ha escrito que el próximo gobierno debe manejarse con una regla: el ingreso de capitales, no su salida. ¿Qué le dice que puedan ingresar capitales dada la desconfianza que siembra Argentina en virtud de manejo de sus políticas económicas?

-El próximo gobierno debe asumir fijando reglas claras para el manejo de la economía y la moneda. Un acto de confianza inmediato. De instalación. Claridad sobre lo que hará y va a cumplir. Mire, Argentina en manos del kirchnerismo se excluyó del mercado de capitales por motivos… no sé… ideológicos. Ver enemigos por todos lados. Y el mercado de capitales está lleno de dólares, lo que quiere son reglas claras. No el manejo de la economía según en humor semanal del gobierno. Por otra parte, estoy convencido de que ante un proceso político signado por esos compromisos, y convencido también por la experiencia que emerge de la historia del país, van a regresar muchos muchos de los 250.000 millones de recursos de argentinos que están depositados en el exterior.

-En paralelo a ese inyección de confianza y siguiendo la regla napoleónica o roosveliana, según como se vea, de los primeros 100 días de todas de decisiones que marquen rumbo a un gobierno, ¿que más deberá hacer el próximo habitante de la Rosada?

-Mucho, pero debe tener relación claro con lo prometido en la campaña. No puede, no debe haber divorcio. Para lo cuál es necesario llegar con los problemas bien diagnosticados y las medidas destinadas a superarlas muy bien conceptualizadas y explicadas. Estoy convencido de que hay que meter mano a los subsidios al transporte y a la energía…

-¿Eso implica consideraciones puntuales?

-Por supuesto. Consideraciones que hacen a los sectores más vulnerables… Pero además en algún momento habrá que meterse de lleno en dirección a reducir impuestos distorsivos que gravan actividades extremadamente importantes en nuestras exportaciones primarias.

-¿Retenciones, concretamente?

-Al trigo, al maíz, por ejemplo. Hay que reducirlas.

-¿Esto se puede hacer rápido?

-Si se quiere, sí. Para lo cual, insisto, la política debe tener bien diagnosticado de qué se trata y porque hacer lo que hay que hacer. En realidad, en materia tributaria, lo que puede demorar más es una revisión completa de la presión.

-¿Cuál es su posición en relación a Ganancias?

-Entra en la revisación de la cual le hablo. El desafió de la política, insisto nuevamente, es no llegar a la Casa Rosada para ver qué se hace. Hay que entrar sabiendo qué hay que hacer.

-¿Quién gana?

-¡Ah!… no tengo inclinación por ser gurú.

¡Una Venezuela aquí!

Para Nicolás Dujovne, el discurso de la presidenta Cristina tiene dos rasgos muy acentuados.

Uno: “Referencia a su gobierno como expresión a seguir, a hacer escuela, a ser paradigma de muy buen manejo de la política como gestión. Y la realidad dice que, por caso, tenemos una de las inflaciones más altas del mundo. Sólo basta asumir esta realidad para desjerarquizar la palabra de la presidenta en este tema. Es notable, todos los países tienen alguna identificación con otras naciones. No se trata de identificaciones ideológicas o en todo caso no hace a eso solo. Se trata, por caso, de identificaciones a como manejan políticas públicas, problemas. Hay un ida y vuelta de experiencias, reflexiones. Cada uno desde su propia idiosincracia, realidad. Y hay un mirar más allá. Pero el kirchnerismo ha llevado al país a que no se lo pueda comparar, en materia de gestión gubernamental y resultados, con ningún otro país a no ser Venezuela”.

Otro: “Cristina habla de Latinoamérica, de metas comunes del continente. De un tiempo de encuentro en como enfrentar dificultades. El poder K se llena al boca de latinoamericanismos. Pero cuando se desmenuza la realidad, vemos las diferencias profundas que nos separan del grueso del continente. Un caso concreto es que, como resultado de sus propias experiencias, ese grueso hace de la inflación un problema que afecta al desarrollo, quita iniciativa y daña profundamente la sociedad. Tenemos entonces que por experiencias, en los gobiernos de esos países, ha calado muy hondo el forjar metas de inflación, lo cual les permite una organización racional de sus gestiones económico-financieras y sirve también para el conjunto de los actores sociales. Hace a metas de crecimiento, a con qué y para qué. Al kirchnerismo, sólo ímpetu y desdén como valores e instrumentos de ejercer el poder, no le interesó jamás manejarse así ante la inflación. Y en esto, otra vez nos parecemos a Venezuela.

(Nicolás Dujovne, 47 años, egresó de la UBA. Titular de una consultora, forma parte de una generación de jóvenes economistas ligados al debate de las políticas públicas que se necesita aplicar en el país).

Carlos Torrengo

carlostorrengo@hotmail.com

Carlos Torrengo


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