Políticos a marzo

Convulsión en la UCR por la irrupción de Sanz y el quietismo de Cobos. Macri y Duhalde miran.

Redacción

Por Redacción

Arnaldo Paganetti arnaldopaganetti@rionegro.com.ar

Las candidaturas presidenciales son difusas. Cristina Fernández mantiene el suspenso. “Pino” Solanas y “Lilita” Carrió, lanzados cada uno por su lado, no mueven demasiado el amperímetro. Mauricio Macri deja la puerta entreabierta para dar cobijo a la centroderecha, sin descuidar el picaporte de la capital federal. Los radicales Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz y Julio Cobos se solazan con su rediviva interna. Los peronistas de la disidencia, desde donde Eduardo Duhalde sigue con sus desafíos aun cuando Néstor Kirchner no está, buscan asirse de cualquier rienda con chequera. Por tal circunstancia, no está de más hacer un repaso distrito por distrito. Con una primera advertencia: en un país en el que todo cambia de la noche a la mañana, habrá que esperar un poco para realizar pronósticos certeros. Sin embargo, quién dudaría, por ejemplo, de que en provincias como Jujuy, Salta, Formosa, San Juan, San Luis, Misiones, La Rioja, Chaco, Tucumán, Entre Ríos, La Pampa, Chubut y Santa Cruz llevan las de ganar los representantes del justicialismo, la mayoría de orientación K. En Buenos Aires, las encuestas por mucho favorecen al actual gobernador Daniel Scioli, firmemente alineado con el oficialismo, con características personales (proclive al diálogo y el consenso) que lo hacen atractivo a sectores no kirchneristas. El ex campeón de motonáutica ha dicho que no sacará los pies del plato y que sólo se catapultaría hacia la Rosada si Cristina, por motivos familiares, decidiese desistir de ir por un segundo turno y lo respaldase expresamente para tal cometido. Scioli no es lo mismo que Cristina. No reflejan las mismas ideas ni sus estilos son similares pero, hasta aquí, desde el 2003 han superado pruebas muy difíciles en el entendimiento de que la conducción, sin discusión, reside en un solo polo con anclaje en Santa Cruz. La estructura orgánica del PJ ha mostrado disciplina. Cristina tiene la última palabra y Scioli debe garantizarle los votos clave del territorio más determinante. No obstante, por los entresijos del revoltoso movimiento, se observa mayor empeño entre los kirchneristas duros por imponerla a ella. “Hoy es invencible”, endulzan los oídos de compañeros que tienen el vicio de apostar a ganador. Los sciolistas no tiran al tacho de basura el “plan B”. Por el contrario, recitando que estuvieron con Cristina “en las malas y en las buenas”, lo van preparando para asumir la máxima función ejecutiva, sin rehuir contactos que el kirchnerismo no toleraría. Unas semanas antes de morir, en una recorrida por el conurbano bonaerense en presencia de Scioli, Néstor bromeando le comentó a Cristina que ella medía unos puntos más que él y que ello la obligaría a ser la postulante en el 2011. “Ni loca, ves mis arrugas”, le contestó señalándose los surcos que rodeaban sus ojos. En el presente, sus hijos Máximo y Florencia le estarían demandando una atención exclusiva. Florencia le habría pedido irse a vivir con ella a Nueva York. “Cristina es la principal expositora de un modelo que debe profundizarse”, recitan por estos días ministros, gobernadores y legisladores. Los sciolistas admiten ese aserto, pero acotan que si resolviese dejar el poder en diciembre de este año “se iría como una reina” y que una prolongación del mandato la sometería a un desgaste innecesario. Macri, quien como ya anticipó este diario desechó la doble candidatura, hoy razona de esta manera: se ve fortalecido tras los trágicos sucesos de diciembre en el Parque Iberoamericano y está decidido a pelear la presidencia si su rival es Cristina. Cree que la puede aventajar en un balotaje y que, si pierde por poco, quedará bien posicionado para el 2015. Ante la hipótesis de que el postulante sea Scioli, al que sus seguidores denominan “el corcho que flota”, trataría de evitarlo, porque entiende que Daniel abarcaría un espectro más amplio, incluso entre el electorado que demanda seguridad y exige ser menos contemplativo a la hora de terminar con los piquetes. Las resistencias a Cristina han decrecido debido a la bonanza económica y a las señales amistosas que ha dado a los mercados y empresarios, con algunas excepciones en el campo mediático. Los cuadros se presentan más parejos en otros territorios. En Santa Fe, donde es fuerte el socialismo aliado con el radicalismo, se armó una trifulca por la pretensión del senador Rubén Giustiniani de ir por la gobernación en abierta rebeldía al líder Hermes Binner, quien lo acusó de individualista y de pretender repetir “el fiasco” de la Alianza. Por el lado peronista, la interna también se salió de control. Disputan entre otros Agustín Rossi y Rafael Bielsa y para marzo se espera que hable Carlos Reutemann y pacifique los ánimos. “Lole” deberá, además, esclarecer que hará a nivel nacional. En Córdoba se observa una paridad entre el peronismo de José Manuel De la Sota, el radicalismo de Oscar Aguad y Ramón Mestre y el Partido Nuevo de Luis Juez. En Mendoza, es pobre la imagen del gobernador peronista Celso Jaque. En Neuquén, el MPN sigue al tope de las preferencias y, en Río Negro, la alianza entre Carlos Soria y Miguel Pichetto estaría en condiciones de discontinuar la supremacía del radicalismo, cuyos gobernantes siguen atados a la concertación con Cristina por cuestiones de “caja”. Los radicales son un capítulo aparte. Cobos, a su regreso de las vacaciones en Brasil, deberá decir si tiene voluntad de representar al partido que lo expulsó de por vida y todavía, aunque parezca mentira, no dejó sin efecto la sanción. Ya está en proceso de instalación de su candidatura Ernesto Sanz, quien convino adelantar una puja cerrada con Ricardo Alfonsín para abril o mayo. “Abierta o nada”, contestó el cobista Pablo Verani, quien apuró al vicepresidente a “dejarse de joder” y tomar una determinación de una vez. “Lilita” Carrió avisó que sólo hará acuerdos en un eventual balotaje y que no se meterá ahora “en los desórdenes ajenos”. Su seguidora Patricia Bullrich aventuró que, a partir de la desaparición de Néstor Kirchner, en la UCR un sector pretende agudizar la oposición y otro, explorar un esquema de diálogo y cogobierno. “Nunca hay que subestimar la capacidad de autodestrucción del radicalismo. En lugar de liderar una alternativa, parece querer dejar pasar el 2011 y concentrarse en la discusión chiquita”, dijo con desaliento el neuquino Horacio Quiroga, quien también espera la resurrección de Cobos.

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