Senasa aceptaría la barrera para la Patagonia

El organismo nacional evalúa la puesta en marcha de la resolución 506/97 que dividía a Río Negro en dos partes, libre con y sin vacunación, y el resto de la patagonia mantendría su actual status sanitario. Se inmoviliza toda la invernada.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) evalúa la puesta en marcha de una barrera para la región patagónica retrotrayendo la situación sanitaria de la región a agosto de 1997.

En la fecha mencionada estaba en funciones la resolución 506 del organismo sanitario nacional que dividía a Río Negro en dos zonas (una libre con vacunación y otra libre sin vacunación) mientras que el resto de la Patagonia mantenía con el status libre sin vacunación.

La información fue ayer dada a conocer a «Río Negro» en forma extraoficial por una alta fuente del Senasa, quien asimismo señaló que «se estudia la puesta en marcha de un nuevo plan para el control de la aftosa, comenzando por la inmovilización de hacienda para invernada en todo el país por unos 20 días».

Por otro lado se supo ayer que Alfredo Vigatti acompañara como segundo del Senasa al flamante interventor Héctor Salamanco. Vigatti es veterinario de raíces radical y oriundo de la provincia de Buenos Aires.

Dejando de lado el plano de los anuncios, el problema sanitario ocasionado por la aftosa continúa sin control en el país. La crisis del sector primario e industrial de la actividad se acentúa y ya se habla de pérdidas por 450 millones sólo por el cierre de mercados.

Si algo faltaba, ayer el ex titular de a secretaría de Agricultura, Antonio Berhongaray, salió a decir que «todos sabían que había fiebre aftosa en el país», quejándose por que este acuerdo fue quebrado por el sector primario .

Industria confirma pérdidas

La industria argentina de la carne, uno de los principales productos de exportación del país, perdería alrededor de 450 millones de dólares debido al cierre de sus principales destinos tras detectarse un brote de aftosa, dijeron ayer representantes del sector.

La actividad ganadera enfrenta la peor crisis exportadora de las últimas décadas: el país, que el martes anunció la presencia de fiebre aftosa en su principal núcleo productor, se vio obligado a cancelar temporalmente sus ventas a Estados Unidos, Canadá y Chile, sus principales mercados.

Además, las autoridades veterinarias de la Unión Europea (UE) dijeron que el bloque prohibiría las importaciones de carne y lácteos de Argentina, al tiempo que Uruguay anunció que reforzará el control de sus fronteras para evitar la introducción del virus en su territorio.

Las ventas externas de la ganadería argentina generaron ingresos por cerca de 600 millones de dólares en 2000, de los que 291 millones procedieron de la UE, 134 millones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que integran Estados Unidos, Canadá y México. Otros 29 millones proceden del Mercosur, bloque que componen Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia.

«Estoy destruido (…). Nos desbarrancamos y se tiró todo el esfuerzo por ser país libre de aftosa por la borda (…). La aftosa no se puede vencer por decreto», dijo Segundo Acuña, presidente del Instituto Argentino de Carnes en conversación con los medios.

Argentina dejó de vacunar sus reses en 1998 luego de ejercer esta práctica por varias décadas. La decisión respondió a la intención de obtener el status de país libre de aftosa sin vacunación por parte de la Oficina Internacional de Epizootias (OIE).

Pero para los productores y veterinarios, esta medida fue apresurada, ya que el virus de la aftosa es recurrente. «Yo nunca vi una cosa así (…). Ahora hay que esperar que no se dé un efecto dominó con esta situación», resaltó Alberto de las Carreras, vicepresidente de la Cámara Argentina de Exportadores.

Ayer, Singapur y Suiza se sumaron a la lista de países que no comprarán carne argentina.

Hasta el momento, de los principales mercados argentinos sólo quedan en pie Israel y Rusia, aunque se desconoce si estos países no tomarán medidas similares.

(AR/EFE)

Berhongaray: «Todos sabían que había aftosa»

BUENOS AIRES.- El ex secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca Antonio Berhongaray admitió ayer que «todos sabían» que había aftosa en el país, incluidos los países compradores de carne argentina, pero explicó que se decidió no asumir públicamente el problema para «mantener abiertos los mercados internacionales».

El ex funcionario defendió su gestión al frente del área y dijo que no se equivocó al no informar sobre la aparición de fiebre aftosa porque era algo que «todos conocían» y, además -explicó- esa decisión «formaba parte de una política de Estado». Berhongaray insistió en que tanto «productores, gobiernos provinciales y técnicos» habían aceptado las «reglas de juego» impuestas por los países compradores, según las cuales se había acordado que seguirían comprando carne a la Argentina pero siempre y cuando no trascendiera la existencia de focos de la enfermedad. «Acá nadie engañó a nadie. Todos sabían cuál era la situación y la situación era que ellos (los compradores) estaban aplicando una medida pararancelaria que era prohibirnos, si es que nosotros hablábamos de focos, la venta de carne sin hueso madurada tal como se estuvo vendiendo siempre», dijo el ex funcionario.

El ex funcionario dio a entender que había un pacto entre todos los sectores involucrados en el tema para mantener oculta la información que daba cuenta de la existencia de focos de fiebre aftosa en Argentina. «(Los países compradores) Nos decían ésta medida (proteccionista) tenemos que aplicarla. Para no aplicarla ustedes no hablen de estas cosas», detalló a distintos medios.

En ese marco, se quejó porque el acuerdo fue quebrado por un sector de la producción agropecuaria y dijo que la situación llevará ahora a cierres de frigoríficos, desempleo y millonarias pérdidas para el sector. Se contradijo varias veces: primero dijo que tenía conocimiento de la información desde «el 8 de agosto del año pasado» y más tarde, al ser consultado sobre si había mentido al afirmar que no había brotes de aftosa respondió: «yo no soy técnico. Vinieron varias misiones y todos dijeron que no había evidencia científica». (Infosic)

Ganaderos chilenos criticaron duramente a sus pares argentinos

Santiago de Chile (EFE).- Los ganaderos chilenos criticaron ayer a sus pares argentinos por no haber avisado a tiempo del contagio de aftosa que afectaba a sus reses y dijeron que el país vecino es un mal socio comercial.

«El comportamiento de Argentina no ha sido acorde al de un socio comercial en esta situación, porque sin duda el único riesgo para un país de que su ganado pueda contraer la fiebre aftosa es que algún otro esté falseando la información», señaló Andrés Santa Cruz, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).

A juicio de Santa Cruz, un eventual contagio de esta enfermedad en el ganado chileno significaría pérdidas para el sector por más de 500 millones de dólares y el desprestigio de Chile en mercados tan exigentes como el japonés y el europeo. Los empresarios chilenos respaldaron la decisión tomada el martes, por el gobierno de prohibir el ingreso de carne argentina a Chile, pero advirtieron de que se deben reforzar los controles sanitarios de las carnes que provienen de Brasil, Paraguay y Uruguay.

Europa sigue en crisis

La epidemia que afecta a Europa demuestra que ningún país está libre del virus de la fiebre aftosa, según la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que pide «una acción internacional urgente» para combatirla en las zonas del mundo donde es endémica como paso para su erradicación.

El secretario de la Comisión Europea de la FAO para el control de la enfermedad, Yves Leferband, destacó, en declaraciones a EFE, que «el primer foco europeo se ha producido en Gran Bretaña, líder en los controles veterinarios» y que «el aumento del comercio y el turismo» impiden hoy a cualquier país «sentirse seguro».

Ante la amenaza mundial que representa la fiebre aftosa, la FAO solicita a los países expuestos a este peligro que refuercen las medidas de vigilancia con campañas de información, estrechen el control fronterizo y elaboren planes para la destrucción de los cadáveres y el suministro de vacunas.

«La rápida propagación de una cepa pandémica de fiebre aftosa demuestra a las claras la difusión del virus en vastas áreas geográficas y su capacidad para provocar epidemias en países que habían estado libres de la enfermedad durante muchos años», explica el organismo.


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