Arquitectura
En El Hoyo, al noroeste de Chubut, cada verano miles de turistas llegan a un predio de cinco hectáreas para buscar la salida del laberinto más grande de Sudamérica, que abrió ayer para las vacaciones de invierno. Muchos se sorprenden después al descubrir también un espacio dedicado al arte. Doris Romera cuenta aquí cómo surgió la idea y los materiales utilizados para reducir a la mitad la inversión.