También la fruta resultó afectada 10-02-04

ALLEN y CIPOLLETTI (AC).- El temporal que azotó a la región el pasado fin de semana dejó algunas secuelas en la fruta, aunque no fue un daño generalizado. En algunas chacras se vieron peras y manzanas en el piso. En otras, se notó que algunas variedades quedaron marcadas por efectos del rameado.

Los dirigentes de las cámaras de Productores de Allen y Cipolletti no se atrevieron a hablar de porcentaje de daños. Marcelino Fernández, de Allen, dijo que es muy difícil brindar una cifra porque el fenómeno no a-fecta a todos por igual. «Depende mucho de cómo están protegidas las chacras y de cuál es la dirección del viento. Por eso no podría decir que fue un 20, un 30 o un 70 por ciento», explicó.

De todos modos reconoció que el fuerte viento, sumado al aguacero, ayudó a que se cayera algo de fruta, no sólo la que estaba a punto de ser cosechada.

«Se han caído también manzanas y se han cortado algunas ramas. Hasta álamos quedaron en el piso. Fue muy fuerte el viento», comentó.

En la jurisdicción de Allen se dieron casos distintos. Algunos casi no tuvieron pérdidas, y otros, como los productores que tienen sus chacras en proximidades de Guerrico, dijeron que sufrieron un significativo daño de pera, sobre todo de la variedad D'Anjou. «En vez de cosechar me dediqué a juntar fruta del piso», dijo uno de ellos.

Sin embargo, en otras propiedades de la misma zona de Guerrico la situación fue distinta, ya que prácticamente no hubo problemas.

Edgardo Kristensen, de la cámara de Productores de Cipolletti, dijo que en su caso, si bien notó que hubo fruta en el piso, no tuvo un daño importante.

«Yo tengo mucha alameda, mucho reparo, y eso ayuda», sostuvo.

En la cámara cipoleña, al menos hasta ayer, no se presentaron muchos chacareros a plantear sus problemas tras el temporal.

El fuerte viento afecta de dos maneras a la producción. Por un lado, tira la fruta, sobre todo la que está más madura y a punto de ser cosechada; y por otro, la marca, por efecto del rameado. Pero en estos casos, coinciden los chacareros, no se dan en forma pareja en las distintas propiedades. Depende la dirección del viento y sobre todo de la protección que tenga cada chacra por medio de las alamedas, que funcionan como «cortinas» de resguardo.

En los últimos años muchos productores sacaron los álamos -algunos motivados por el precio de la madera- y por ello los riesgos ante los temporales suelen ser mayores.

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