Tejer vínculos para multiplicar las oportunidades

Para desafiar la crisis que afronta el sector lanero, pequeños productores organizados en un centro de acopio buscan agregar valor a la producción y vender distintos lotes de lana con análisis de calidad.

Por Mariana Dacal (INTA Gral. Conesa)

Juntos. El trabajo asociativo genera oportunidades y mejores resultados.

Desde hace 6 años, un grupo de productores ganaderos de General Conesa trabajan en conjunto con la Agencia de Extensión Rural de INTA de esa localidad y el programa Prolana para revalorizar la producción de lana en la zona. A partir de la conformación del centro de acopio en 2014, los productores encontraron en la producción de lana una actividad complementaria a la ganadería. Desde ese momento, comenzaron a impulsar la incorporación de tecnología en infraestructura, en los procesos productivos, de control sanitario, esquila y clasificación.
La asociación entre estos productores permitió avanzar en cuestiones sanitarias vinculadas a la regularización de registros en SENASA como, por ejemplo, el control de parásitos externos, principalmente de piojos masticadores, que les permitió obtener vellones de calidad superior.
El trabajo conjunto permitió aumentar los volúmenes producidos y los movimientos comerciales, generando nuevas oportunidades de mercado. “Es una buena experiencia, está todo organizado. Nosotros sólo encerramos los animales y, además, logramos mejor precio en la venta conjunta”, explicó Cristian Muñoz, encargado de la empresa agropecuaria Caitaco, que desde hace un año se volcó a la ganadería ovina.
El producto obtenido a partir de este proceso colaborativo resulta actualmente más competitivo y tiene mayor facilidad de colocación dentro de las lanas con destino a exportación. Un logro significativo si se tiene en cuenta los requerimientos de calidad de las fibras que se exportan y que representan el 90% de la producción nacional.

La experiencia del trabajo asociativo permitió a los productores acordar las condiciones y momento de venta en el marco de la crisis.

Mariana Dacal (Extensionista INTA Gral. Conesa)


Durante septiembre de 2019 una comparsa habilitada por Prolana llevó adelante la esquila en más de 24 establecimientos del área de secano y bajo riego. De esa experiencia participó la escuela agrotécnica N° 4 de Gral. Conesa y el proceso se completó con el acondicionamiento, enfardado y toma de muestras para análisis de calidad. “Trabajar en forma conjunta nos permite tener más financiación en caso de necesitar para la comparsa y para la compra de insumos”, señaló Muñoz.
En la zafra participaron dos alumnas de la CET N° 4, Brisa Moiola y Noelia Sacco, que eligieron el circuito de la lana para realizar sus prácticas profesionalizantes en el marco de un convenio con INTA. Ambas cumplieron un rol importante en el seguimiento de la fibra desde su esquila hasta su acopio para asegurar la venta de un producto con referencias de calidad.
Como resultado se obtuvieron 12.535 kg de lana entera, divididos en 3 lotes que fueron nucleados en el centro de acopio ubicado en la Sociedad Rural de General Conesa. Debido a la situación de incertidumbre de precios y condiciones del mercado lanero, imperante en el mes de noviembre, los productores resolvieron salir a licitación en el mes de diciembre, con opción de no realizar la transacción si los precios no eran los esperados.
Finalmente se concretó la venta de la totalidad de los lotes. El lote 1 de 5.742 kg con una finura de 21,8 micrones, rinde al peine de 61,2 % y materia vegetal de 2,9% logró u$s 4,8/Kg, el lote 2 de 5.200 kg arrojó 24,5 micrones, 64,6 % de rinde al peine y base de materia vegetal de 2,2% recibió u$s 4/Kg y el lote 3 de 1.593 kg con finura de 25,4 micrones, rinde al peine de 64,3% y base de materia vegetal de 5,7% se pagó u$s 2,5/Kg.

Acopio. El depósito utilizado por los productores de Conesa.


Las distintas cotizaciones de los lotes de lanas están ligadas a las diferencias entre los parámetros objetivos de calidad de la lana, que son el resultado de las evaluaciones realizadas por el Laboratorio de Fibras del INTA Bariloche.
Para la licitación de precios se invitaron a 6 firmas exportadoras y sólo una de ella proporcionó la cotización, lo que fue un reflejo de la situación que atraviesa el sector. Las condiciones de venta estipulaban cotización “al barrer” con pago total a 30 días a valor dólar compra de Banco Nación libre de retenciones.
Durante la zafra 2019-2020 los productores decidieron trabajar, por primera vez, con la firma Lesiuk Hnos. SRL, consignataria de hacienda de la localidad, para concretar las operaciones bancarias y generar las liquidaciones individuales.
En referencia a la financiación de procesos, a lo largo de los años, el grupo ejecutó fondos de Ley Ovina para la compra de equipamiento del centro de acopio y recibió prefinanciación de esquila y herramientas para tratamientos sanitarios por parte del Ente de Desarrollo de Conesa.

En números

12.535
Los kilogramos de lana comercializados por el grupo de productores durante la zafra 2019/20.

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