¿Tenés hambre real o emocional?

¿Cuántas veces dijiste o escuchaste frases como: “tengo hambre de algo dulce”, o “paso por la panadería y me da hambre”? entre otras.

La mayoría de las personas comemos y no siempre es por hambre. Si así lo hiciéramos no habría tantos casos de sobrepeso y obesidad. Según la Licenciada en Nutrición (MN: 5705) Teresa Cóccaro, para estar saludables se debe comer sólo por hambre real; que es el que viene de la “panza” y va acompañado de una serie de síntomas como ardor de estómago; dolor de cabeza y mareos, causando falta de energía, la cual impulsa a comer.

Entonces, si no se tienen esos signos ¿por qué comemos?, según la especialista lo hacemos para canalizar emociones, refiriéndose al “hambre emocional”, que sólo es usada en momentos de angustia, tristeza o conflictos buscando, respuestas que la comida no puede dar.

Lo ideal es no utilizar los alimentos para esconder sentimientos ya que al hacerlo, no se puede identificar la causa o motivo de ese malestar.

La licenciada explica, que recurrir a la comida para calmar sentimientos de angustia, dolor, enojo y ansiedad es un modo de acción que tiene que ver con hábitos aprendidos en la infancia. Por eso el gran desafío de los nuevos paradigmas nutricionales es diferenciar los distintos tipos de hambre y eso se logra distinguiendo cuándo se come por necesidad biológica o emocional. De esa manera, se pueden encontrar otras alternativas como: terapias psicológicas; yoga; meditación; lectura; pintura; canto o deportes para canalizar los sentimientos.

Lo importante es saberlo y recurrir a un profesional que lleve a cabo un plan adecuado para cada caso.

Budín de calabaza

1 taza de puré de calabaza horneada.

1 huevo

4 claras

4 cdas soperas de harina de almendras

1 chorrito de extracto de vainilla

6 sobres de stevia o endulzante de preferencia.

1 cdita de polvo para hornear