Tenía la concesión de las fotocopias

ROCA (AR).- La joven que denunció a un empleado de la Justicia Federal por venderle resmas de papel para la fotocopiadora que funciona en la biblioteca popular «Julio A. Roca» de esta ciudad, no era empleada de la biblioteca, sino que tenía la concesión de la fotocopiadora.

La declaración de la joven permitió abrir una causa judicial que llegó a juicio, ya que en el Juzgado Federal se había detectado el faltante de las resmas pero no se conocía su destino.

Tras una investigación, la joven que tenía a su cargo la fotocopiadora reconoció a quien le vendía las resmas a un precio menor al que se conseguían en el mercado. Se trata de Julio Sosa, quien se desempeña como mayordomo de la Cámara de Apelaciones de la Justicia Federal.

La joven le hizo el comentario a otro empleado del Juzgado Federal roquense, quien declaró en la primera jornada del juicio y ratificó los dichos de la muchacha que sacaba las fotocopias.

Incluso esta mujer, reconoció en la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal al imputado como la persona que le había vendido alrededor de 20 resmas. Dijo también que le había dejado de comprar, al comprobar que las mismas no venían en cajas, como sucede habitualmente. La semana próxima, los jueces del Tribunal Oral dictarán la sentencia.