Testigo “contaminado”

NEUQUÉN (AN)- En la jerga tribunalicia se dice que un testigo está “contaminado” cuando, por ejemplo, se entera de ciertos detalles de un caso a través de lo que le contaron y los mezcla con lo que vio, a tal punto de no poder distinguir unos de otros. Eso le pasó ayer a un taxista que se presentó como poseedor de una información potente: “yo llevé a la novia del muchacho que se accidentó con la camioneta. Ella no lo quiso acompañar porque sabía que iba a correr una picada”. Después del interrogatorio al que lo sometieron, quedó en claro que el testigo había mezclado información parcializada del hecho con ciertas conclusiones producto de su imaginación. Dio la impresión de que lo hizo de buena fe, pero su aporte quedó descartado. El mismo taxista tuvo que admitirlo: dijo que transportó a la chica que le contó la historia de la carrera que iba a protagonizar su novio por la avenida Olascoaga hacia el norte. En calle Libertad lo desvió la policía porque dos cuadras más adelante se había producido el accidente en el que murieron Belén y Franco. Después de dejar a la pasajera, el chofer se reunió con un colega quien le contó que el accidente lo había protagonizado una camioneta Suzuki que al parecer corría una picada. El taxista lo asoció de inmediato con la joven que había trasladado, y se convenció de que era la novia del conductor. Es más: aunque nunca vio a la Suzuki, en su declaración habló todo el tiempo de esa marca de camioneta, sólo porque su colega se lo había mencionado. La pasajera que llevó el chofer era rubia. Hermosilla tiene novia, pero es de pelo negro.


NEUQUÉN (AN)- En la jerga tribunalicia se dice que un testigo está “contaminado” cuando, por ejemplo, se entera de ciertos detalles de un caso a través de lo que le contaron y los mezcla con lo que vio, a tal punto de no poder distinguir unos de otros. Eso le pasó ayer a un taxista que se presentó como poseedor de una información potente: “yo llevé a la novia del muchacho que se accidentó con la camioneta. Ella no lo quiso acompañar porque sabía que iba a correr una picada”. Después del interrogatorio al que lo sometieron, quedó en claro que el testigo había mezclado información parcializada del hecho con ciertas conclusiones producto de su imaginación. Dio la impresión de que lo hizo de buena fe, pero su aporte quedó descartado. El mismo taxista tuvo que admitirlo: dijo que transportó a la chica que le contó la historia de la carrera que iba a protagonizar su novio por la avenida Olascoaga hacia el norte. En calle Libertad lo desvió la policía porque dos cuadras más adelante se había producido el accidente en el que murieron Belén y Franco. Después de dejar a la pasajera, el chofer se reunió con un colega quien le contó que el accidente lo había protagonizado una camioneta Suzuki que al parecer corría una picada. El taxista lo asoció de inmediato con la joven que había trasladado, y se convenció de que era la novia del conductor. Es más: aunque nunca vio a la Suzuki, en su declaración habló todo el tiempo de esa marca de camioneta, sólo porque su colega se lo había mencionado. La pasajera que llevó el chofer era rubia. Hermosilla tiene novia, pero es de pelo negro.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios