Testigo dijo que la viuda “se quería casar” con el mentalista
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VIEDMA (AV).- La relación sentimental entre los imputados y el maltrato del asesinado contra su esposa fueron los datos relevantes surgidos en la audiencia de ayer por el homicidio de Carlos Heisler, por el cual se encuentran procesados su viuda, Marta Baffigi, y el parapsicólogo Ceferino Almeyra. Pedro Carrasco, ex cuñado del imputado, fue contundente. Aseguró que el detenido era parapsicólogo. Sobre el día del hecho relató que el hombre llegó de Punta Alta a su casa, donde se alojaba y atendía. Tomaron unos mates y luego Almeyra salió. Cuando regresó se bañó y se afeitó hasta el bigote, que siempre había usado. También lavó ropa, incluida una campera que no se le secó y aquella la noche, cuando partió hacia Villa Regina, donde viven su mujer e hijo, el testigo le tuvo que prestar una. La campera lavada fue secuestrada y ayer la reconoció en la audiencia. Agregó que Almeyra le confió que tenía una relación “con la gringa Baffigi” y que la mujer se quería casar con él pero “me daba la impresión que estaba indeciso, supongo porque tenía una esposa e hijo”. No obstante añadió que el imputado mantenía también una relación con otra mujer de Viedma que era empleada pública “pero esto era más pasajero”. Relató también que una vez Baffigi fue a su casa a preguntar por Almeyra, porque éste no le contestaba los mensajes. Carrasco reiteró que Almeyra venía cada 15 días para sus prácticas de parapsicología y que hacía publicidad en los medios locales bajo el nombre del “profesor Barone”. Tres de los testigos restantes coincidieron en señalar el maltrato que Heisler le dispensaba a su mujer y a su hijo. Como una “excelente persona” la describieron quienes la visitaban con poca frecuencia por la autoritaria actitud del marido. Todos negaron comentarios sobre una relación extramatrimonial de la mujer. Una vecina relató que una vez vio que Heisler le pegó a su esposa con el bastón con el que se ayudaba a caminar. La misma mujer recordó que el día del hecho se acercó ante la presencia de policías y que Marta -en una crisis nerviosa- le contó que “al atender la puerta” ingresaron desconocidos que “mataron al ruso”, pero que al cabo de unos minutos la mujer se contradijo y afirmó que “se los había encontrado adentro” de su casa.
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