Testigos de un crimen comprometen a Lozada

Afirman que el juez los “apuró” para que declaren sobre el asesinato de un joven

Toncek Arko

En el juicio contra Ferro (centro) los testigos no recuerdan o niegan dichos anteriores.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La Cámara Primera del Crimen de Bariloche comenzó ayer las audiencias del juicio oral y público por el asesinato de Matías Vidal Valenzuela, un crimen por el que se encuentra imputado un joven de 26 años al que varios testigos habrían señalado como autor del hecho, ocurrido en el playón deportivo del barrio 28 de Abril. En la primera audiencia declararon tres testigos que durante la instrucción habrían señalado al imputado Marcos Gonzalo Ferro como autor del homicidio, pero ayer todos desmintieron sus dichos o dijeron no recordarlos, y dos de ellos acusaron al juez de instrucción Martín Lozada de haberlos coaccionado a declarar en sentido incriminatorio. El giro inesperado que tomó el debate motivó que los jueces de la Cámara suspendieran la audiencia, para citar nuevos testigos y encarrilar la investigación. El fiscal Guillermo Lista le imputó a Ferro, conocido como “Marculi”, que en los primeros minutos de la madrugada del 7 de marzo de 2008, mientras estaban en el citado playón, le aplicó una gran cantidad de “puntazos” a Vidal Valenzuela. Las heridas cortantes fueron desde la rodilla hasta el rostro de la víctima, algunas de carácter defensivo, y la más grave detectada por los forenses fue a nivel del sexto espacio intercostal derecho, que le afectó el pulmón, el pericardio y la vena cava, y le produjo un shock hipovolémico y la muerte minutos después. El imputado se abstuvo de declarar en la primera audiencia, en la que el testigo Sebastián Candia, de 19 años, reconoció su firma en el acta labrada en la etapa de instrucción, pero dijo que no recordaba haber declarado ni tampoco qué pasó esa madrugada. Sólo aclaró que ese día “se estaba drogando y vio gente peleando”. Otro testigo, Paul Chávez, un joven de 23 años con retraso mental, dijo que no conocía a la víctima ni al acusado, y que tampoco estuvo en el lugar del hecho. Aseguró que la Policía lo fue a buscar a su casa “para que declarara” pero que no sabe qué dijo, y que el juez Lozada lo obligó a firmar “por que si no iba en cana”. Un hermano de Chávez, Aníbal, también dijo que no conocía al imputado ni a la víctima, ni estuvo en el momento del hecho. Después expuso que el imputado estaba encapuchado y que los jóvenes que estaban allí y antes habían jugado al fútbol “se estaban bolseando”. Al igual que Paul, acusó a Lozada de “apurarlo” y de decirle “que si no firmaba iba en cana”. En la instrucción, tanto Aníbal como su hermano firmaron declaraciones donde brindaban detalles sobre la forma en que Ferro habría asesinado a Matías, por lo que el querellante Sebastián Arrondo pidió que se los investigara por el probable delito de falso testimonio. Los jueces decidieron suspender la audiencia por lo descabellado de su desarrollo y las dudas sobre los testigos escuchados.


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