Tiene sida y asegura que la discriminan

La joven dice que le retacean los alimentos a ella y a su hija. Responsabiliza a la escuela de señalar a su hija sana. Autoridades municipales y de Educación negaron los cargos.

CORDERO Y BARDA DEL MEDIO (ACS)- «Gente sin corazón, sin sentimientos e ignorante». Así calificó con indignación a las autoridades municipales una mujer de 25 años con una hija, ambas infectadas de HIV-Sida, quien asegura ser víctima de actitudes discriminatorias. Incluso la madre y abuela de las portadoras del virus es empleada municipal y habría sufrido en carne propia la discriminación por el solo hecho de tener familiares con SIDA.

Vanesa Martínez tiene tres hijas. Las dos mas grandes (5 y 8) van al jardín de infantes y escuela primaria públicos de Barda del Medio. La mas chica tiene tres años y al igual que su madre tiene Sida. El marido de Vanesa, fallecido, padecía el síndrome.

Ayer en una conferencia de prensa brindada en la puerta del municipio de Cordero, Vanesa denunció de «insensibilidad» a los gobernantes comunales por no proporcionarle con regularidad la asistencia alimentaria y otros elementos que madre e hija necesitan, no por confort sino para evitar el desmejoramiento de su salud. El gobierno negó rotundamente las acusaciones.

El diagnóstico de Vanesa llegó en 1995 y el de su hija menor en octubre de 1998 cuando apenas tenía un año y medio. Desde entonces el tratamiento es continuo para ambas, incluída una dieta especial.

Con el diagnóstico llegó el peregrinar de la joven. Aunque al principio asegura que tuvo respuestas satisfactorias por parte del municipio de Cinco Saltos, donde vivió un tiempo, y de la anterior gestión de gobierno en Cordero, ahora reclama «sensibilidad» y «ayuda» de los gobernantes.

La madre de Vanesa, Blanca Martínez, se desempeñó durante ocho años como empleada municipal en la guardería infantil de Barda del Medio. «Ella pidió el traslado a la delegación municipal por si tenía que cuidarme a mí imprevistamente» dijo Vanesa. El traslado llegó pero la mujer dijo que los argumentos verbales esgrimidos por el jefe comunal, Néstor Braun, a su madre son propios de un «ignorante» de los canales del contagio del SIDA.

Según consta en la exposición realizada ante el juez de Paz por Blanca, Braun le habría dicho que «la trasladaban porque un grupo de vecinos estaba molesto» porque «no era prudente» que una mujer con una hija con Sida «trabajara con niños». Braun negó «categóricamente» haber esgrimido esos argumentos y dijo que el cambio de puesto laboral «se produjo, como muchos otros, en el marco de una reestructuración municipal».

La situación de Vanesa y su hijita es de total dependencia de la ayuda externa y de la que les brinda Blanca, única sostén de un hogar conformado por nueve personas. La casa en la que viven está en el barrio IPPV de Barda del Medio. Les fue cedida en uso por el ex-intendente Bertilio Morales quien la obtuvo como cancelación de un microemprendimiento impago de un particular.

«La casa es del municipio y lo único que pido es que me tramiten el pedido de la conexión para el gas y mientras tanto me provean de leña» dijo Vanesa. Sin embargo, Braun apuntó que la comuna «no es la dueña de la casa, la resolución por la que le dió en uso -a los Martínez- no tiene asidero legal porque no existe ningún boleto de compraventa, ni escritura, nada».

En cuanto al reclamo de leña, Braun y el secretario de gobierno señalaron que «están en campaña para atender esa necesidad» puntual.

En cuanto a la ayuda alimentaria especial que necesita Vanesa y su hija «se cumple en forma irregular» dijo la joven. Por su parte, Braun y el secretario de gobierno, Horacio Zúñiga, fueron duros en este punto. Señalaron que se accedió a proporcionarles los elementos de la dieta «pero abusaron, querían canilla libre, y nosotros tenemos que rendir cuentas a una comunidad entonces cortamos la asistencia hasta que haya una prescripción médica detallada» de los alimentos.

Otra de las solicitudes tiene que ver con el abono del colectivo para el traslado hasta el hospital de Cipolletti.

«Sólo para saber cómo manejarnos»

Vanesa Martínez tiene Sida y siente que su enfermedad es un estigma que margina hasta a sus hijos sanos. Ayer relató que la directora de la escuela primaria de Barda del Medio le pidió un certificado «que diga que mi hija mayor -alumna del establecimiento- no está infectada».

La madre tramitó el pedido ante el médico que la atiende. «El doctor me dijo que la directora no tiene ningún derecho a hacerme ese pedido» dijo.

Aunque la niña «no tiene Sida, se ha «sentido discriminada igual en la escuela por algunos de sus compañeros, no por los maestros. Y si los chicos discriminan es porque en la casa no saben de qué se trata esta enfermedad».

Prevé que cuando la hija menor, portadora y enferma de Sida, ingrese al jardín de infantes «va a tener problemas de discriminación si no se informa» a los padres.

Consulada la directora de la escuela, Alicia de Montero, dijo que «a todos los alumnos se les pide un certificado de salud para las actividades de educación física».

Respecto del pedido puntual de un certificado que constate que una de las hijas de Vanesa no está enferma de SIDA dijo que fue así «hace más de tres años» pero «para nosotros saber como manejarnos en la escuela, no para discriminarla sino para tomar los recaudos que todos tienen derecho a tomar» en caso de «un accidente escolar». Agregó que «los padres nunca manifestaron rechazo o tuvieron alguna actitud que pretenda aislar a la alumna» porque comparte el hogar con enfermos de Sida. (ACS).

El médico, contra la discriminación

El médico infectólogo del hospital de Cipolleti, Andrés Gallardo, estuvo ayer junto a su paciente Vanesa Martínez. Señaló que la joven «es portadora y está enferma» de Sida. Su situación clínica actual «estable y está con tratamiento». Recordó que «hace un año estuvo muy mal porque se dedicó mucho a su hija y se descuidó ella». Pero le deostró que «niña necesita una madre para que la cuide». Actualmente Vanesa toma «25 pastillas por día» previstas «por el resto de su vida». Los medicamentos «son provistos por el hospital».

El profesional destacó que lo «más importante para Vanesa en este momento es comer bien, estar calentita, tener un pasar general bueno, y lógicamente influyen negativamente todos los problemas que está denunciando».

Desde su experiencia en el seguimiento de casos de Sida, dijo que «en general les digo a mis pacientes que traten de no decir» que padecen esa enfermedad porque «automáticamente el entorno los discrimina».

Señaló como «terrible» que los actos de discriminación «se den entre gente que llega a un cargo público o el director de una escuela y que supuestamente tienen que estar informados de cómo son las formas de contagio para proteger a la gente, son responsabilidades inherentes al cargo».(ACS).


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