Tigre se queda solo

Tras el escándalo de São Paulo, irá a la Conmebol.

El equipo de Victoria, con Pipo Gorosito a la cabeza, llegó ayer a la mañana de Brasil con toda la bronca y la impotencia a cuestas: “Estoy indignado con lo que vivimos”, dijo.

La historia, según parece, habría sido más o menos así: cargados por el 0-2 y también por un incidente sucedido entre los jugadores sobre el final de la primera etapa, los futbolistas de Tigre entraron furiosos al vestuario en el entretiempo y, según la denuncia paulista, habrían intentado invadir el recinto del São Paulo para seguir la pelea. “Obligados”, los agentes de seguridad privada del club frenaron a los golpes a los jugadores de Tigre, quienes, a su vez, afirman que ellos sufrieron lisa y llanamente una emboscada, a la que se sumaron luego los policías. La policía paulista dice a su vez que sus agentes sólo intervinieron para frenar la golpiza entre seguridad privada y jugadores. Sea como fuere, lo que sucedió el miércoles por la noche en la final de la Copa Sudamericana en el estadio Morumbí, de São Paulo, fue un bochorno.

La Conmebol, que declaró campeón al São Paulo sin siquiera investigar los incidentes, pese a las evidencias de jugadores de Tigre con golpes y sangre en las paredes del vestuario, tomó casi siempre como algo natural que el autobús visitante sea apedreado por la hinchada local y que el equipo visitante no pueda ejercer el básico y elemental derecho de pisar el césped antes del partido. El folklore del fútbol sudamericano. São Paulo es un poderoso de Brasil. Tigre un chico de Argentina. Se suponía que al San Pablo no le haría falta comportarse de ese modo para ganar la Sudamericana, como lo demostró con el fácil 2-0 del primer tiempo.

El escándalo incomodó al propio hombre fuerte de Tigre, el intendente Sergio Massa, un “moderado” que, se sabe, también construye política a partir del deporte. El fútbol no es un escenario propicio para sus buenos modales. Cuando aprobó la presencia de Roger Federer en Tigre, Massa jamás pensó que su equipo estaría jugando ese mismo día la final de la Sudamericana. Dejó su imagen grabada para la fiesta del número uno del tenis mundial. La difundieron en el momento menos oportuno, cuando la gente estaba impaciente por el retraso en el inicio del partido contra Juan Martín del Potro y silbaba todo. Apareció el mensaje grabado de Massa y la silbatina fue profunda.

La Conmebol ya dictó sentencia y se apresuró en declarar campeón a São Paulo. El Morumbí habría estallado si el partido se suspendía sin alguna definición. Massa, apelando a su experiencia política, tocó un punto sensible cuando se preguntó qué pasaría en pleno Mundial 2014 si la selección de Brasil es derrotada. El ex goleador Ronaldo, símbolo número 1 del Mundial y miembro del Comité Organizador del torneo, respondió con los tapones de punta: pidió a la Conmebol que suspenda por diez años a Tigre de las copas sudamericanas por haberse negado a jugar el segundo tiempo. Se aceptan apuestas a favor de que São Paulo será ratificado campeón y a que Tigre no será sancionado.

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EZEQUIEL

FERNÁNDEZ MOORES


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