Todavía no está claro el móvil del asesinato

Terminó la primera semana de audiencias. Se reunieron pruebas e indicios contra los imputados. Pero todavía no está claro por qué mataron a Susana Ruminot. El juicio continuará el miércoles, y posiblemente el jueves serán

NEUQUEN (AN).- Después de una semana de audiencias en la que declararon 19 testigos, todavía no está claro el móvil del asesinato de Susana Ruminot, la maestra de Centenario que fue golpeada, maniatada y asfixiada en su casa, delante de su hija de 3 años, el 20 de junio del año pasado.

Los imputados Ricardo Johnatan «Cataco» Vega Delgado (chileno, 23 años) y Marisol González (chaqueña, 31) han tenido poco respiro en los cuatro días de juicio. Y los esfuerzos de los defensores por desacreditar a los testigos que les resultan más desfavorables no siempre cosecharon el éxito que esperaban.

Para la justicia no resulta imprescindible determinar los motivos que guiaron al o los asesinos. Pero sería la pieza final que terminaría de darle forma al rompecabezas que están armando los jueces en base a declaraciones de los testigos, peritajes y otras pruebas reunidas en la investigación.

Cuando la fiscalía presentó el caso, el primer día del juicio oral, le atribuyó a «Cataco» la autoría material del crimen, con el agravante de la alevosía (la víctima estaba indefensa) y a Marisol una participación indispensable: hacer de «campana». Lo que no explicó con claridad es por qué ambos imputados se pusieron de acuerdo para perpetrar el asesinato.

Vega Delgado no tiene coartada. Nunca declaró desde que lo detuvieron, y en su contra hay pruebas de peso: la confesión que le hizo a un amigo, las pertenencias de la víctima que fueron halladas en su poder (ver aparte).

Su defensor, Gustavo Vitale, intentará neutralizar el valor del testimonio de Juan Domingo Tapia, a quien «Cataco» le contó en una noche de borrachera los detalles del crimen, y planteará la nulidad del secuestro de una pañoleta y un anillo de la víctima que tenía en su poder.

La situación de Marisol es más compleja. De acuerdo con la fiscalía, vigiló lo que sucedía en la casa de Susana mientras el asesino cumplía su macabra tarea. Ella admite que estuvo esa noche merodeando la vivienda de Lugones al 1.500, pero tiene una excusa: dice que buscaba a Claudio Flores, un individuo que fue pareja de las dos mujeres protagonistas de esta triste historia.

Marisol se ocupó de que un vecino de Susana se enterara de que ella estaba allí por ese motivo, y hasta fue a la comisaría Quinta para exponerlo ante el oficial de servicio. El policía que la atendió esa noche, Edgar Vargas, declaró que «se presentó para preguntar qué podía hacer porque su marido había entrado a la casa de su ex mujer, y allí hay muebles de ella. Quería que la Policía custodiara la casa para que no se pudiera llevar nada».

Vargas le explicó que para eso tenía que formular un denuncia o exposición, pero ella prefirió irse de la comisaría sin hacerlo. Después, el oficial relacionó la presencia de Marisol en la comisaría con el crimen de Ruminot.

Cuando le preguntaron por qué vinculaba ambos hechos, explicó: «me pareció que ella buscaba una coartada».

La defensa de Marisol, ejercida por Jorge Larrea, apuesta a desvincularla del crimen y al mismo tiempo trata de que Flores la reemplace como sospechoso. Pero el ex concubino tiene una coartada sólida: esa noche estuvo en Picún Leufú.

En cuanto a la relación entre «Cataco» y Marisol, por ahora la prueba que la demuestra es tenue. Varios testigos declararon que la mujer buscaba al joven para «un trabajo». Supuestamente se refería a tareas de albañilería. Lástima que hasta ahora nadie preguntó si la imputada estaba construyendo algo.

Apareció el anillo

NEUQUEN (AN)- El anillo que le robaron a Susana Ruminot, la noche que la asesinaron, apareció ayer. Se pensó que estaba extraviado pero lo encontraron en una caja fuerte y por eso pueden utilizarlo como prueba.

Se trata de una joya de oro familiar. Fue secuestrado en poder de Ricardo Vega Delgado, quien lo tenía puesto en un dedo el día que lo detuvieron. Algunos testigos declararon que lo ofrecía para la venta a sus conocidos, pero no logró que nadie lo comprara.

Ayer el padre y el hermano de la víctima reconocieron que el anillo secuestrado en la causa es el de la víctima. Antes habían reconocido una pañoleta, también de Susana, que estaba en la casa de Vega Delgado.

Las audiencias del juicio oral se reanudarán el miércoles. La testigo más importante de ese día será la psicóloga Graciela Martínez, quien asiste a la hija de Susana.

La nena tenía 2 años y 11 meses la noche que presenció el asesinato de su madre. Hay contradicciones respecto de lo que cuenta: habla de duendes, a veces menciona dos o tres, también habría citado a su padre y a una mujer. Se espera que la profesional aclare estos detalles.


NEUQUEN (AN).- Después de una semana de audiencias en la que declararon 19 testigos, todavía no está claro el móvil del asesinato de Susana Ruminot, la maestra de Centenario que fue golpeada, maniatada y asfixiada en su casa, delante de su hija de 3 años, el 20 de junio del año pasado.

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