“Todavía no llegó toda la suba a los mostradores”

RÍO COLORADO/VIEDMA- Los empresarios del sector cárnico sostienen que la suba en los precios aún no llegó en su totalidad a los mostradores, pero que el incremento será inevitable a corto plazo y adjudican la situación a la recomposición de los rodeos. Argentina tenía 53 millones de cabezas de ganado en 2003, al llegar Néstor Kirchner al poder, mientras que en 2006 sumaban 58,6 millones y cinco años después la cifra había caído a 47 millones. La recomposición actual ubica la cifra en 50 millones. Eso generó que el ganado escasee y suba el precio y llevó a que los criadores “comenzaran a retener las hembras para su recomposición, lo que generó en las estadísticas que el año pasado naciera un millón y medio de terneros, teniendo prevista una cifra similar para el corriente año”, comentaron fuentes del sector. “Al no salir a la venta el 30% de las hembras (sólo llegan a los matarifes vacas viejas o de descarte) sólo quedan para vender novillitos. Pero para que el animal llegue a novillo se tienen que esperar dos años y para que la cadena vuelva a circular con normalidad van a pasar unos años”. El precio de compra rondaba los 9,50 pesos y hoy está en los 11,50 pesos. Esta suba se estima que recaerá en los consumidores finales, lo que seguramente provocará una restricción en el consumo. Las críticas escuchadas son dirigidas hacia la conducción a nivel nacional, debido a que “falta una política clara”. Los empresarios sostienen que las distintas restricciones impuestas por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, llevaron a defenestrar a la ganadería, donde llegaron a venderse las vacas a 400 pesos y en la actualidad están rondando los 3.000 a 3.500 pesos por cabeza. “La decisión del Estado de poner gente al frente de una secretaria como Moreno, que no tiene ni idea de lo que es la ganadería, lleva a que desde hace unos cuatro años metan la pata con este sector” criticó duramente uno de los empresarios y agregó “este mercado se empezó a desmoronar en el 2007 y para que se recomponga van a pasar 4 o 5 años más”. En Viedma, Javier Pérez, propietario de una red de carnicerías, explicó que “nosotros estamos pagando las consecuencias de la falta de vientres por sequía, y si bien siempre tenemos stock pagamos caro porque trabajamos una media res liviana de 85 kilos, porque cuando es más chica, más cara la pagás”. No obstante, sugirió verificar en profundidad cómo opera el mercado dado que en las grandes cadenas fijan el kilo de asado más barato pero “la carne es más grasosa”. (ARC/AV)


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