“Todo el poder apuntó y fusiló

– ¿Por qué seduce tanto Camila a la hora de echar la mirada hacia muy lejos en nuestra historia y encontrarse con su caso?

– Por la tragedia con que concluye su corta vida. Ésta es una respuesta global, la que contiene también otras explicaciones del caso Camila. Es una seducción con mucha historia… en 1910 -por caso- se filmó la primera película sobre Camila: cine mudo, ¿eh? La dirigió Mario Gallo y se estrenó el 22 de mayo, a tres días de celebrarse el Centenario. Se dio en el biógrafo Colón, en Avenida de Mayo y Lorea…

– ¿Quedan copias?

– No, nada; del cine mudo argentino ha desaparecido mucho material. Gallo venía de filmar otra película, en 1908, que también se nutría de la historia: “El fusilamiento de Dorrego”. El fusilamiento establecía así una comunidad de destino entre Dorrego y Camila. Esa relación la recupera en 1970 Juan Battle Planas cuando filma “El destino”. Él une las dos vidas bajo la tensión, vamos a llamarla así, del hilo conductor de la intolerancia sobre lo diferente y los consecuentes fusilamientos. Le aclaro: la película de Mario Gallo no hace mención a Camila en el título. La película se llama “Episodios de la tiranía de Rosas”.

– Toda la responsabilidad del fusilamiento en Rosas…

– Bueno, era el poder y el poder fusiló, pero también la fusilaron otros poderes.

– ¿La conoció Rosas a Camila?

– En la década de 1940, la escritora uruguaya Florencia Lanús sostuvo que sí, que la conoció cuando ella era adolescente y el hombre se habría quedado muy prendado… pero no más.

– Volviendo a quienes fusilaron a Camila, el inglés John Lynch en su “Rosas”, dice que la fuga de ella con el cura Uladislao Gutiérrez enfureció a la Iglesia católica, puso furioso a Rosas y encantó a los unitarios. ¿Está de acuerdo con esto?

– Sí. Es por esa razón que en varias de mis investigaciones sobre el tema y publicadas antes del libro “Camila y la Bemberg”, sostengo que Rosas también es instigado a fusilar a Camila y Uladislao por todo el poder. Les tiró todo el poder: les tiró el cura Felipe Elortondo y Palacios, les tiraron los unitarios exiliados en Uruguay y Chile -especialmente Sarmiento- que desde la prensa antirrosista sostenían que el caso Camila reflejaba la degradación moral a que había conducido al país el régimen, un argumento que por supuesto determinaba aún más al régimen a sentar precedente con una sanción ejemplificadora -la muerte-.Todo esto está muy documentado. “El Mercurio” de Chile, en el que llegaron a escribir Alberdi y Sarmiento durante su exilio, señaló que había llegado a tal extremo la “horrible corrupción de las costumbres bajo la tiranía espantosa del “Calígula del Plata”, que los impíos y sacrílegos sacerdotes de Buenos Aires huyen con las niñas de la mejor sociedad sin que el infame sátrapa adopte medida alguna contra esas monstruosas inmoralidades…” No estoy justificando a Rosas, que por su propia formación cultural-ideológica tenía al orden como una necesidad, digamos…

– ¿No negociable?

– Digámoslo así… A Camila y Uladislao les tiraron todos, hasta Dalmacio Vélez Sarsfield habría aconsejado los fusilamientos.

– En relación al cura Elortondo y Palacios, hoy venerado en San Isidro con su nombre en una calle en el corazón de la zona residencial…

– … era el secretario de la Curia, y fue quien le informó a Rosas del “tamaño atentado de la fuga cometida” por Camila y Uladislao, a los que define de “criminales”. Desde la Iglesia Católica lideró la cruzada en favor de una condena extrema para la pareja. Elortondo y Palacios era un corrupto con influencias en el poder. Sin embargo, también es cierto que en el caso Camila, en la Iglesia Católica hubo otros sacerdotes que marcaron diferencias con Elortondo, por ejemplo el vicario general de la Diócesis, el cura Miguel García…

– Pero en relación a Elortondo y Palacios, ¿qué es la barragana?

– Un término hoy en desuso, pero usado por Sarmiento desde el periodismo chileno para denunciar lo que hoy definiríamos como doble discurso del cura Elortondo y Palacios. Porque, como barragana, Sarmiento definía a las amantes del cura. Una era Anastasia Díaz, negra, su sirvienta y con la que se amancebó entre 1820 y 1838; luego la cambió por una blanca: María José Gómez…

– A ella se refiere Andrés Rivera en “El farmer”. Dice que el cura Elortondo la iba a visitar de noche a la estancia “Las Encadenadas”, que era de los Gómez.

– Sí, ella era de familia acomodada, le decían “la canonesa” y tanto con ella como con Anastasia Díaz, el cura Elortondo tuvo descendencia, “descendencia sacrílega” según el Derecho Canónico. Rosas, muerta su mujer Encarnación, vivió con María Eugenia Castro, hija de un militar rosista. Rosas la colocó en un lugar que yo encuadro como entre la criada y la parienta pobre… Él tenía 47 años, ella era adolescente cuando comenzó la relación. Tuvieron 7 hijos, pero él nunca les dio su apellido.

– Hace un momento me habló de la mirada indulgente que sobre el caso Camila tuvo otro cura de la época, García. ¿Cómo vio el tema?

– Lo mira desde una sociedad y una estructura de poder que no está libre de mentiras, hipocresías… “pecados”. Siente además que el caso se politizará, entonces procura incidir desde una mirada más serena; por ejemplo, le dice a Rosas que Uladislao le merece consideración y que en todo caso se dejó llevar por un “momento de ilusión” al que fue llevado “por la fuerza de la edad”, momento “precipitado por su inexperiencia”. Y apela a la “discreción y sabiduría” para tratar el caso… pero bueno…

– Al paredón…

– Al paredón.

– ¿Le pesó mucho a la Iglesia Católica el caso Camila?

– ¡Muchísimo! También a la familia O´ Gorman, a punto tal que unos y otros siempre trataron de impedir el estreno de obras de teatro o cine referidas a Camila. Y cuando no podían impedirlo, buscaban que el título no hablara de Camila O´Gorman, a lo sumo Camila… Eso le pasó en 1902 a Agustín Fontanella con su obra de teatro. Un día antes de su estreno fue censurada por pedido de un O´Gorman -Enrique- al intendente de Buenos Aires Alberto Casares, que directamente la prohibió. Luego se estrenó pero como “Camila o la tiranía de Rosas”. A la misma María Luisa Bemberg, ya en democracia, por influencia de pliegues y repliegues del poder, se le negó el uso del Museo Pueyrredón para filmar “Camila”. De una u otra manera, la Iglesia y la familia convergían en la mutua necesidad de que no se hablara de Camila. Había que taparlo.

– Silencio cerrado de sacristía…

– Muy cerrado.

– A comienzos de la década del ´50, César Luis Amadori proyectó rodar la vida de Camila, que iba a ser interpretada por su esposa, Zully Moreno. ¿Por qué no se filmó?

– Entre otras cuestiones porque ya se tejía la colisión entre la Iglesia Católica y el peronismo, un ambiente que no daba para películas de un contenido como es la tragedia que viven Camila y Uladislao. El libreto se basaba en una monografía de Claudio España e incluso se habían hecho los decorados, que luego fueron usados para “El amor nunca muere”, que se estrenó en el Gran Rex en agosto del ´55, protagonizada por Zully Moreno y Carlos Cores. Eran tres historias de amor unidas a través del tiempo por un medallón. La primera de esas historias era coetánea a Camila. En fin… y pensar que fue el propio padre de Camila, Adolfo O´Gorman el que denuncia a su hija ante Rosas. Padre que a su vez era hijo de Tomás O´ Gorman y de la francesa Ana María Perichón, que fue amante de Santiago de Liniers y que tenía a Camila como su nieta preferida. Adolfo odiaba a su madre por el tema Liniers. ¡Vaya a saber si al denunciar a Camila, su padre no estaba expresando la repulsión que sentía por su madre!

– ¿Estaba realmente embarazada Camila a la hora de ser fusilada?

– No.

– Pero es terreno en disputa…

– Es terreno en disputa. Pero lo que no está en disputa es que a los dos los pusieron en un solo cajón.

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@hotmail.com

Mario Tesler, historiador, autor de “Camila y la Bemberg”

Martín Heer