Todo menos el papel higiénico 1-4-03

A cada uno de los 250.000 soldados estadounidenses que luchan en Irak se les ha provisto de los equipos de última generación tecnológica para la guerra, excepto de cosas tan elementales como el papel higiénico, la pasta dental, el jaboncillo, la crema de afeitar y las cuchillas. Carola Céspedes, que tiene un novio en el frente de batalla, decidió encabezar en Miami el acopio de esos implementos. Por lo pronto cuenta con la colaboración de la cadena de televisión hispana Univisión, que difunde sus mensajes. «Nuestra tarea es sólo reunir los productos, porque corresponderá a los familiares de los soldados el que lo hagan llegar cada quien, por su cuenta», dijo Céspedes. Las autoridades militares, por temor a atentados terroristas, sólo permiten el envío de paquetes a los soldados por parte de familiares expresamente señalados de antemano por ellos mismos. Cada uno de los soldados en el frente de batalla lleva consigo equipos que cuestan hasta 1.800 dólares, desde el uniforme al fusil M-16. Además, miles de ellos están provistos con lentes especiales para visión nocturna, cuyo costo es de 2.500 dólares, por lo bajo. Por eso, muchos familiares no comprenden la razón por la que el Pentágono no provee de cosas tan elementales a sus soldados, destinadas a su higiene corporal. «Es increíble que nuestras fuerzas llamadas a pulverizar a Irak con la mejor maquinaria bélica de la historia, con su armamento sofisticado que vale billones de dólares, con sus misiles teleguidados y sus bombas inteligentes, hayan dejado a las tropas sin papel higiénico», comentó el diario «The Sun Sentinel». Kathleen Hopwood, que tiene desde enero a su esposo en el ejército en Kuwait, dijo: «Tengo tres niños que cuidar, de uno, tres y seis años de edad, y nunca esperé que tuviera que pagar 60 dólares cada mes en cosas que tengo que enviarle a mi esposo». Veteranos que sirvieron en la Guerra del Golfo dijeron que no hay nada nuevo bajo el sol. Esa siempre ha sido la política del ejército, que piensa que con la paga los soldados (cada uno de ellos recibe alrededor de 1.500 dólares mensuales) deben comprarse esos artículos. Los soldados en campaña reciben las raciones secas de alimentos y cada una de las bolsitas que las contienen incluyen unos retazos de papel higiénico que siempre han sido insuficientes. En la Segunda Guerra Mundial, los soldados estadounidenses se dejaban crecer la barba en el campo de batalla, algo que no podrán hacer en la guerra en Irak porque tienen que estar siempre listos a usar las máscaras antigás, las cuales son ineficaces en buen porcentaje en rostros barbados. «Es incomprensible que nuestras tropas no tengan satisfechas sus más básicas necesidades, mientras el gobierno envía millones de dólares a Turquía o Israel», dijo al diario Jane Pusey, cuyo esposo combatió en Vietnam. (dpa)


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