“Total desinterés de los jóvenes”

Uno de los íconos que siempre identificaron al cristianismo, y por ello a gran parte de la humanidad, es el período llamado Semana Santa, cuya esencia se fue desnaturalizando hasta convertirse en lo que es hoy: no más que un feriado para aprovechar. En cada vez menos casos puede observarse la participación de algún sector de la sociedad en la liturgia que la Iglesia Católica especialmente desarrolla en estos días. Pero lo que me llama la atención es el total desinterés en un gran sector de la juventud que no respeta el significado del Jueves y el Viernes santos, en que se conmemoran la pasión y la muerte del Hijo de Dios. Son las 2 de la madrugada del viernes mencionado y la “previa” al boliche se desarrolla como en un sábado cualquiera, con todo lo que esa costumbre trae consigo. Lo curioso, lo doloroso y hasta quizás lo más difícil de entender es que de esta salida nocturna participan jóvenes y adolescentes que asisten a colegios religiosos de la ciudad, los que supuestamente tienen otra forma de pensar y de vivir los valores religiosos que también supuestamente les inculcan en esos centros educativos. Pero hay más: esos menores tienen padres que con su permisividad avalan esta actitud de los hijos, dejando de lado los criterios que buscan incorporar a su educación al enviarlos a un colegio religioso. Supongo que la respuesta, en la mayoría de los casos, será un reproche hacia quienes no compartimos esta incoherencia, aduciendo la libertad de conciencia y otras cosas, pero lo concreto es que no debieran “borrar con el codo lo que escriben con la mano”: si elijo educar religiosamente a mi hijo es porque supongo que en el desarrollo de su personalidad los valores de la Iglesia son necesarios. Si considero lo contrario, la oferta educativa es muy amplia y podría considerar otras posibilidades. Pertenecer a la Iglesia requiere de la fe, que me permite creer en la existencia de Dios y de su doctrina. No respetar el recogimiento espiritual de la celebración mayor del cristianismo es ir en contra de los principios que la Santa Iglesia aporta a la educación de los adolescentes. Y los padres son custodios de esos principios… que se desvirtúen y no se incorporen a la vida de los chicos es también su responsabilidad. Dios ilumine a nuestros jóvenes. Julio César Boassi, DNI 13.847.292 Cipolletti


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