Trabas burocráticas impiden que se inviertan 8,5 millones en la región

ROCA- En medio de una profunda crisis, altísimos niveles de desocupación y ausencia casi total de inversores, en Roca se encuentra demorado incomprensiblemente un proyecto que prevé inyectar nada menos que ocho millones y medio de pesos a la región.

Pasaron 7 meses desde que se conoció el interés del grupo Catena de Mendoza para invertir la cifra mencionada en el desarrollo de 300 hectáreas de viñas y una bodega, destinadas a la producción de vinos en Paso Córdoba.

El proyecto constituye uno de los más importantes emprendimientos que se quieren poner en marcha en la zona en los últimos tiempos. Aunque parezca increíble ante semejante ofrecimiento, la firma inversora encontró trabas y más trabas a su propuesta desde el comienzo.

Hasta hoy nadie se atreve a asegurar que el complejo finalmente se concretará, porque a la lentitud del Deliberante en resolver la cuestión se sumó la falta de firmeza y decisión del Municipio que no supo despejar el camino y garantizar que la inversión quedara aquí. Los más preocupados temen que si el viernes no hay acuerdo en la audiencia conciliatoria, la gente que produce los vinos Escorihuela decida levantar la oferta y apostar en otra zona.

Las idas y venidas de la Municipalidad, las presentaciones judiciales y los intereses encontrados ocasionaron la pérdida de un año de trabajo, ya que si concluye con éxito el proceso de licitación antes de diciembre, recién se podrá empezar a remover el suelo y plantar el año que viene.

Mientras, 150 puestos de trabajo -que serían un verdadero alivio para la región- esperan que se resuelvan insólitas presentaciones judiciales de comunidades mapuches, las mismas que trabaron el Proyecto Mega.

Primero fue el lento trabajo del Deliberante local al analizar y dar el visto bueno para elaborar una ordenanza de excepción a la que se había sancionado declarando Area Protegida las tierras de Paso Córdoba al sur del río Negro. Después surgió la protesta de los ambientalistas por el posible deterioro del medio ambiente en una área protegida.

Y por último, crianceros mapuches que desarrollan su actividad en la margen sur presentaron un recurso de amparo y denunciaron la inconstitucionalidad de la ordenanza 3.064, que da el visto bueno para el emprendimiento productivo.

En el medio de esta maraña de intereses quedó la apuesta de los empresarios de invertir 8.500.000 pesos. Y lo que se preveía que tendría una rápida decisión para captar el capital que se ofrecía, se dilató un año y aún no tiene fecha de conclusión.

La intención de los empresarios mendocinos es aprovechar las ventajas comparativas que tiene en este momento Río Negro con respecto a la provincia cordillerana. Uno es el valor de la tierra, que en este caso sería otorgada en concesión por la construcción de un camino costero y la forestación de como mínimo 15 hectáreas. La posibilidad de extraer agua a poca profundidad y sin la contaminación de residuos humanos es otra. Además la zona tiene una protección natural contra las heladas y una ruta asfaltada necesaria para llegar al lugar sin inconvenientes.

Tampoco sirvió para que haya celeridad en el trámite de otorgamiento de las tierras el efecto que causaría una inversión de este tipo en otras firmas, que ya miran con interés la región para el desarrollo de la vitivinicultura. El INTA recomendó el cultivo de uvas como modo de diversificar.

Todas estas ventajas enumeradas fueron volcadas en el proyecto de inversión que Escorihuela presentó ante la municipalidad. Mañana se abrirán los proyectos presentados, aunque hasta ayer el único interesado que había adquirido el pliego era el grupo Catena.

Ahora el tiempo apremia.